Los datos de las organizaciones no gubernamentales que atienden a pie de calle las necesidades más básicas de los ciudadanos parecen empeñados en contradecir a las instituciones públicas que hablan de un cambio de rumbo en la economía y de la consolidación de la recuperación tras la crisis.
En la memoria de Cáritas Diocesana en Segovia presentado ayer por sus máximos responsables, la actividad de esta organización sigue centrada básicamente en proporcionar alimentación, vivienda y empleo a las más de un millar de personas que han recurrido a esta organización para cubrir estas necesidades en 2014, y lejos de reducirse, las cifras de atención en los distintos servicios que prestan se mantienen o crecen en algunos de ellos. Rosario Díez, presidenta de Cáritas Segovia y Julio Alonso, delegado de la oenegé dependiente de la Iglesia, desgranaron los datos de la memoria en la que destacaron el esfuerzo de esta organización por llevar a cabo la atención demandada en la provincia en un periodo de crisis en el que la generosidad de los segovianos sujeta muchos de los programas pero no es suficiente para paliar todas las necesidades.
De este modo, el programa de acogida y atención primaria atendió el pasado año a 960 personas, generando un total de 3.791 respuestas en los disitintos ámbitos que se atienden. Así, la mayor parte de las demandas se centraron en la alimentación y la ropa, seguidas por la vivienda y el empleo y las ayudas para gastos de alquileres, medicinas o transporte.
La actividad del Economato «Virgen de La Fuencisla» continúa siendo uno de los principales barómetros de la crisis, ya que las cifras de personas atendidas continúan creciendo, sobre todo en la provincia. Así, un total de 213 familias pasaron en 2014 por el economato para adquirir alimentos y productos de primera necesidad, de la cuales 149 son de la capital y 69 de la provincia. El número de solicitantes nacionales continúa en aumento y ya ocupa el 39 por ciento de las demandas globales, sólo superado por Marruecos, con un 40 por ciento.
Las Cáritas parroquiales también han visto acrecentada su actividad, de forma que el pasado año un total de 1.104 personas pasaron por los grupos de la oenegé en las parroquias de la provincia en demanda de soluciones para superar el problema de precariedad en el que viven. En las Cáritas parroquiales trabajan un total de 104 voluntarios, y los recursos invertidos por las parroquias para atender las peticiones superan los 56.000 euros.
El empleo y la inserción sociolaboral cuentan también con un importante apartado en el trabajo de Cáritas en la provincia. El modelo de acompañamiento propugnado desde la organización, que apuesta por itinerarios personalizados que requieren el compromiso del solicitante para desarrollar sus capacidades ha atraído a 251 personas, que han originado un total de 448 actuaciones en esta materia. Además del empleo, Cáritas ha desarrollado varias acciones formativas en coordinación con el Centro Cultural Asiri para mejorar las habilidades de los solicitantes o abrirles las puertas hacia otras especialidades laborales.
Cáritas no olvida a los mayores, y continúa realizando un gran esfuerzo para atender a las 173 personas que viven en las residencias «El Sotillo» y «El Alamillo» en La Lastrilla y en Sepúlveda. Esta actividad supone una importante inversión para la organización, cuya finalidad le obliga a hacer un planteamiento «deficitario» de su gestión, de manera que el pasado año la memoria económica de las tres residencias generó un saldo negativo que supera los 100.000 euros.