Venezuela se echó ayer a la calle para votar a su nuevo presidente y decidir si continuar con la revolución bolivariana de Hugo Chávez, con la apuesta de Nicolás Maduro, o apostar por el cambio, encabezado por Henrique Capriles.
Sin que al cierre de esta edición se conocieran resultados oficiales, en las primeras horas la participación fue masiva, tanto en el país caribeño como en el caso de los miles de ciudadanos que se encuentran en el extranjero, que también despositaron mayoritariamente su voto.
En los compases iniciales de la cita, la oposición realizó una serie de denuncias de ventajismo oficial y movilización de motorizados para atemorizar a los votantes en los colegios electorales. No obstante, la tranquilidad reinó a lo largo de la jornada.
De los dos grandes favoritos a hacerse con el triunfo, el primero en depositar su sufragio fue Capriles, quien llamó a ejercer el voto como una «avalancha» y remachó que «algo bueno está pasando y va a pasar en Venezuela». «Nosotros somos respetuosos y respetaremos la voluntad del pueblo». «Cuidado con algunos vivos que quieran tratar de torcer o ver cómo se hace alguna trampa», advirtió. Y es que el líder opositor anunció «abusos» en el proceso, un hecho que, según avanzó, será denunciado ante el Consejo Nacional Electoral.
Media hora después, Maduro acudió al colegio electoral acompañado de su mujer. Allí, destacó el «tremendo esfuerzo» de las instituciones del país al celebrar estos comicios. «Estamos rompiendo récords de participación», aseguró el aspirante oficialista, quien cifró en 11,5 millones de personas la afluencia a falta de tres horas para el cierre de las urnas. El padrón electoral en Venezuela es de 18,9 millones.
En un recuerdo más a Hugo Chávez, presente en todos los discursos del presidente encargado, el socialista aseguró: «Mi vida la hice alrededor del sueño de un hombre, de un gigante. Hoy, cuando he amanecido, amanecí con él, con su canto, con sus palabras», para, posteriormente, descartar irregularidades en la jornada.
LOS CANDIDATOS:
HENRIQUE CAPRILES – EN BUSCA DE LA REVANCHA
El líder opositor venezolano Henrique Capriles Radonski, abogado de 40 años, transformó los comicios presidenciales celebrados ayer en una oportunidad de frenar la revolución bolivariana, que se quedó sin su «comandante» Hugo Chávez. De orientación política conservadora y ascendencia polaca, se transformó en el fenómeno electoral de la oposición después de ganar, con abrumadora ventaja, las elecciones primarias del 12 de febrero de 2012. Además de un cambio político, el candidato opositor propuso acabar con la división de los venezolanos entre partidarios y detractores del Gobierno. Capriles es católico, soltero, con estudios de economía en Holanda y Estados Unidos, conocido por su estilo informal de vestir, así como por lanzar a sus seguidores en los mítines gorras con los colores de la bandera nacional. Además, dice ser admirador del modelo brasileño del expresidente Lula da Silva para sacar de la pobreza a miles de personas.
NICOLÁS MADURO – EL LÍDER OBRERO NOMBRADO HEREDERO
En menos de dos décadas, pasó de ser un chofer de autobús a la Presidencia interina de Venezuela, pero Nicolás Maduro asegura que solo quiso llevar su vida «a la sombra» de Hugo Chávez. El socialista, de 50 años, se autodefine como «hijo» y «apóstol» del comandante, y «chavista de corazón», que materializa el sueño socialista de un obrero encumbrado a las alturas del poder en el quinto productor mundial de petróleo del mundo. Exlíder sindical, exjefe del Congreso unicameral y excanciller, llegó a escalar hasta lo más alto del poder venezolano, tras recibir el aval de fallecido presidente como su favorito para continuar su revolución socialista. Hombre alto, fornido y generalmente serio, Maduro tiene dos hijos y dos nietas, y su compañera es la exprocuradora Cilia Flores, también exlíder de la Asamblea Nacional. Así, en su campaña confesó que nunca pensó en llegar a la Presidencia, pues su sueño era estar al lado de Chávez. A su sombra.
