Una ciudad como Segovia no necesita entorchados, medallas ni sobrenombres para saber que tiene el arte y la cultura en su código genético desde hace generaciones. Quien albergue alguna duda o aún sea presa del desánimo por decisiones contaminadas por la política, pudo despejar las incertidumbres o refrendar el carácter cultural de Segovia en la noche del martes, donde The Animals dejaron en el corazón de la ciudad un concierto de esos que hacen afición y dejan claro que la calidad y el talento acaban triunfando sobre el ruido mediático y la propaganda.Ellos si que saben.
Cincuenta años de música a sus espaldas y no pocas vicisitudes han dotado a este grupo de un conocimiento enciclopédico sobre el rock and roll y el blues que desarrollan sin estridencias sobre el escenario.
Conscientes de que en un concierto lo más importante es la música, el cuarteto de origen británico sacó brillo a algunos de sus clásicos como el legendario «Dont let me be misunderstood», e impartió magistrales lecciones aprendidas de maestros como Ray Charles o John Lee Hooker recreando algunos de sus temas más clásicos.
Y todo ello, sin apenas mover un músculo, lanzar camisetas al público o hacer raras acrobacias con sus instrumentos, porque el primer mandamiento de cualquier músico es (o debe ser) honrar el medio de expresión que le permite dirigir su mensaje.
El público segoviano supo disfrutar de esta actuación, ya que afortunadamente Segovia comienza a estar en el mapa de las giras de estos grandes grupos y ello también sirve para hacer más exigente a quienes no se conforman con grupos vendediscos o modelos metidos a cantantes.
Esta es, sin duda, una de las mejores formas de conseguir que Segovia siga siendo una verdadera capital cultural alejada de carteles, de posters y de nombramientos, que otros parecen necesitar para refrendar otro tipo de proyectos.
Confío en que The Animals lleve a otras latitudes el entusiasmo por Segovia que demostraron sus músicos, y que supieron contagiar a todos los que nos dimos cita alrededor de su música llena de evocaciones a un tiempo no sé si más feliz, pero si mucho más talentoso y creativo.
