¿Qué fue de marzo? Aquel mes que despedía el invierno con frío, viento, hielo y nieve. ¿Quién nos robó el invierno? ¿Quién se lo ha robado a nuestros hijos? Nosotros. Y mientras no seamos la solución, seguimos siendo el problema. Y ahora nos lo dicen ellos, los jóvenes, aquellos que el viernes fueron convocados a una huelga de estudiantes por el futuro, para forzar el cambio del cambio climático. Y nos lo dicen aquí, en El Espinar. Es cierto que fueron pocos los que se acercaron hasta la plaza del Ayuntamiento y mostraron algún cartel. Pero estaban allí, evidenciando que tenemos que actuar hoy. Estaban allí, cuando todavía resonaban los ecos de la fiesta de los gabarreros, ese homenaje a los hombres de oficio recio y a los pinos de ramas altas. Pero recordar no basta.
En el pasado se vivía hacia el bosque, hacia la naturaleza y la naturaleza entraba en las casas, era nuestra casa. Ahora queda fuera, fuera de la vida cotidiana más allá del plástico y el hormigón, como un decorado bonito para un paseo agradable. Y sin embargo, queramos o no, nosotros también somos naturaleza, formamos parte de esa gran familia indivisible. Quizás porque ahora andamos un poco huérfanos de naturaleza, es esperanzador que se den momentos como el de ayer en El Pinarillo, cuando muchos respondieron al llamamiento de la ong Greenfriends —apoyado por el Ayuntamiento y la AMPA del instituto— para adoptar un árbol: lo plantaron, le proporcionaron los primeros cuidados y se comprometieron a seguir cuidándolo hasta su independencia. Pero plantar árboles no basta.
El martes 19, el día del padre, también se plantarán árboles en el IES María Zambrano. Lo harán los benjamines, los alumnos más pequeños, los mismos que junto a Cruz Roja recogieron residuos por el Boquerón la semana anterior. Con la acción también se aprende y se educa. Pero educar, por desgracia, no basta.
Tenemos que ir más allá y hacer esos pequeños cambios que resultan tan difíciles como necesarios. Hay que reflexionar, decidir y actuar. Pero tiene que ser hoy.
