Después de que el gobernante Partido Acción Nacional (PAN) no lograra satisfacer las exigencias de millones de ciudadanos que demandaban soluciones contra la pobreza y medidas contundentes para frenar la encarnecida guerra entres los cárteles de la droga, Enrique Peña Nieto, del PRI, figura como favorito en los sondeos con una ventaja que supera los diez puntos con respecto a Andrés Manuel López Obrador, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El PRI gobernó durante 70 años en ese país, por eso el escritor peruano Mario Vargas Llosa no dudó en catalogar ese período como «la dictadura perfecta». En el año 2000, los mexicanos castigaron al llamado «dinosaurio» por todos los escándalos de corrupción en los que estaban envueltos sus dirigentes y se decantaron por la propuesta de Vicente Fox, quien llevó al PAN a la Presidencia por primera vez.
A diferencia del año 2006, esta vez los mexicanos votarán pensando, no sólo en los altos índices de pobreza ni en la necesidad de reactivar la productividad para poder salir de la crisis económica que ha golpeado a México, sino también en la ola de violencia que azota a algunos estados.
Desde que Calderón asumió el poder en diciembre de 2006, unas 50.000 personas han sido asesinadas en medio de la guerra que mantienen los cárteles del narcotráfico por el control del mercado de la droga que se vende en Estados Unidos, el mayor consumidor de cocaína del mundo.
La imagen de México ha cambiado considerablemente en los últimos seis años. El tema de la violencia abarca ahora la mayor parte de los discursos y es motivo de debates internacionales, especialmente por parte de algunos gobiernos de Centroamérica como Guatemala, que se ha convertido en víctima directa del crimen organizado.