A dos jornadas de terminar la temporada en el Grupo 3 de la Primera Nacional A, el FS Valverde del Majano ya depende de sí mismo para hacerse la tercera posición. Una plaza que ya ocupan los segovianos tras el término de esta jornada, merced a su triunfo en casa del Arganda por 2 a 6, y a la derrota del Boadilla Las Rozas por 6 a 3 en Tres Cantos.
El conjunto de Diego Gacimartín era consciente de todo lo que se jugaba en este choque, y la verdad es que salió concienciado desde el primer minuto, aunque solo fue capaz de marcar un gol en los 20 minutos iniciales. Aprovechando los espacios y la calidad de la pista de parquet, los segovianos se hicieron dueños de la posesión, y manejaron el balón con rápidas circulaciones, presionando muy arriba y dejando sin ideas a los madrileños, pero sin definir de cara a puerta. Mientras, en el aspecto defensivo el portero Chato cumplió con buena nota en este encuentro, cubriendo muy bien la baja de Alberto.
Así, el único gol de este periodo llegó en el minuto 12, tras aprovecharse Molina de un rechace del portero. El dominio seguía perteneciendo al Valverde, pero no fue hasta el regreso de los vestuarios cuando se tradujo en goles. Y es que nada más reanudarse el encuentro, a los dieciséis segundos Molina robó un balón y formó un dos contra uno junto a su compañero Carlitos, convirtiendo su segundo tanto de la tarde y también el 0-2 de su equipo.
A pesar de todo el Arganda no bajó los brazos, y puso un poco de suspense con un 1-2 rápidamente respondido por Quique, convirtiendo el 1-3 cerca de la media hora del partido después de aprovechar en el segundo palo otra recuperación, esta vez de Carlitos.
De esta manera, en la segunda parte los segovianos corrigieron a la perfección su principal fallo de la primera mitad: la falta de efectividad. Juancar lo certificó con el 1-4 en el 35, encarrilando la victoria para el equipo visitante. Y es que el equipo de Valverde estaba demostrando una intensidad y un nivel de juego que no decaía conforme pasaban los minutos.
El 2-4 no les asustó, y muestra de ello fue el gol de Quique, tras la salida de una presión, y que obligó a que los madrileños sacaran a la pista al portero-jugador. Sin éxito, ya que en el último minuto –quedaban diez segundos para la bocina– el guardameta segoviano Chato puso el broche al triunfo de los suyos con un duro disparo de puntera que se coló en la portería contraria.