El Unirea venció a un conformista Sevilla, que, pese a estar ya clasificado para los octavos, tendrá que esperar a la última jornada para certificar su actual liderato del Grupo H.
El encuentro comenzó con susto para los blanquirrojos, porque en el minuto uno le fue anulado un gol a los locales. Sin embargo, el conjunto de Nervión respondió pronto, y seis minutos más tarde Kanouté estrelló un balón en el palo.
Todo apuntaba a que, pese al sesteo que mostraba en algunos momentos, el Sevilla ‘mataría’ el partido en cuanto acertara con la portería de un rival agazapado atrás. Sin embargo, el jarro de agua fría para los de Manolo Jiménez llegó al filo del descanso, porque en el minuto 45 una falta lejana botada por el Unirea la culminó Dragutinovic en propia puerta.
En la reanudación, el conjunto rumano se encerró en su parcela, pero los hispalenses, lejos de mejorar, perdieron la posesión del balón.
Por si quedaban dudas sobre quién mandaba, el mismo Varga tenía de nuevo en sus botas el 2-0, pero envió el cuero al lateral de la red ante la salida de Varas. Así las cosas, Jiménez admitió que no le quedaba más remedio que aumentar su apuesta ofensiva, y puso sobre el verde a Luis Fabiano y Renato, en lugar de Capel y Lolo, en busca de la necesaria reacción.
Sin embargo, el paso de los minutos no trajo mejoría para el juego andaluz. Por lo tanto, el técnico metió más ‘madera’ e introdujo a Perotti, en el sitio del ayer gris Negredo. El argentino, pura velocidad en la banda, tuvo en sus botas el empate a 10 minutos para la conclusión, aunque, en esta ocasión, le tocó blocar con seguridad al arquero del Unirea, Arlauskis.
Los últimos minutos fueron un verdadero zafarrancho del Sevilla, pero el Unirea no dejó escapar un triunfo que le sitúa casi en octavos, mientras que los sevillanos deberán esperar al choque de la última jornada ante el Glasgow para certificar su liderato de grupo.