Dicen que a la tercera va la vencida, y que después de la tormenta siempre llega la calma. También dicen que quien siembra recoge y que todo esfuerzo merece su recompensa. Por eso, en el Unami, mañana a partir de las 12:00 en el María Martín, en el tercer partido de Carmen Escribano como entrenadora de las azules, lo único que se espera es que del dicho se pase al hecho; y más después del disgusto del fin de semana pasado en Pontevedra.
Las chicas del Unami saben que cuando toca recibir a un Majadahonda siempre poderoso, que además llega de golear al San Juan Bosco 6-1, hay poco tiempo para lamentarse de lo que ocurrió en la jornada anterior; incluido el esguince de tobillo que se hizo Laura Llorente, y que convierte a la importante jugadora de las locales en la única baja para este partido.
Las madrileñas llevan tres años demostrando ser uno de los equipos más fuertes y físicos del grupo, y aunque hasta ahora no han conseguido rematar la faena con el ascenso, cerca han estado y cerca siguen estando. No en vano, el año pasado, junto al equipo ascendido de As Burgas y al Villalba, el Majadahonda fue el único conjunto que no perdió –ni en la ida ni en la vuelta– frente a las azules, y esta temporada ocupa el cuarto lugar de la tabla a sólo dos puntos del líder.
Aún sin ser el conjunto más técnico, el Majadahonda tiene a algunas de las mejores jugadoras del grupo IV, y a las siempre peligrosas gemelas Mateo; Elena y Marta. Peligrosas por su calidad y peligrosas, si no han cambiado, porque son las más capacitadas para sacar a cualquiera del partido. Las chicas de Carmen Escribano deberán hacer caso omiso a las provocaciones y mantener en todo momento la concentración –y ya saben bien que hasta el último segundo–, si no quieren que, por las buenas o por las malas, el Majadahonda se lleve los puntos de Segovia.
