Poco pudo hacer el Unami en el encuentro que enfrentó a las segovianas ante el Ventanas Arsan, que llegaban ayer al pabellón Emperador Teodosio como décimas clasificadas, pero que no tuvieron problemas para derrotar a las locales por 41-82, en un encuentro que estuvo controlado por las cántabras desde los primeros minutos.
Una de las claves del desarrollo del partido fue la profundidad del banquillo de uno y otro equipo. Así, mientras las visitantes lo tuvieron completo, las de casa solamente contaron con dos cambios. Esto hizo que el paso de los minutos trajera consigo una merma en las fuerzas de las jugadoras del Unami.
Y es que las de Juan Carlos Manrique comenzaron el partido muy frías, al igual que el Ventanas Arsan. Pero, a diferencia de las azules, las de El Astillero no tardaron en calentar sus muñecas por medio de los triples convertidos por Carral, Peredo y Tordable, que sirvieron para empezar a romper el encuentro a su favor muy pronto, a partir de un 7-16 que obligó al técnico local a pedir el primer tiempo muerto.
En el inicio, la más destacada de las locales fue Sara Manrique, que anotó en el primer cuarto 10 de los 15 puntos conseguidos durante todo el choque. Pero estos buenos números no evitaron que el marcador reflejara un claro 12-23 al término del primer periodo.
En el segundo cuarto el Unami salió demasiado agarrotado, moviendo bien el balón, pero siempre por fuera, sin peligro ni contundencia. Todo lo contrario que el Ventanas Arsan, que rompían una y otra vez la defensa local, bien con balones a su poste Navarro, o bien con acertados lanzamientos de media distancia.
Con todo ello, a las segovianas se les fue agotando su capacidad de reacción, cargándose de faltas personales —acabaron eliminadas Eguiraun y Rosón— a la vez que las rivales iban aumentando su ventaja en el electrónico, repartiendo la anotación entre la mayoría de sus jugadoras.