Un coro de gospel, la música negra por excelencia, recibió ayer en el Staples Center de Los Ángeles los restos mortales de Michael Jackson, el rey del pop, en un féretro bañado en oro y cubierto de rosas rojas que transportaban sus hermanos. Unos 17.000 seguidores rompieron a aplaudir cuando el ataúd entró en el recinto, momento que marcó el inicio del funeral público en memoria del artista, fallecido el pasado 25 de junio de un paro cardíaco, sin que aún se haya concretado el motivo que provocó que el corazón del cantante de 50 años dejara de latir. Previamente, en un acto íntimo, sus personas más allegadas le habían rendido tributo.
La ceremonia arrancó cuando el músico Smokey Robinson subió al escenario coronado con una foto de Jackson para leer dos mensajes enviados por Diana Ross y el líder político sudafricano Nelson Mandela. Tras más de 20 minutos de pausa, el coro de gospel tomó la escena para poner música a la entrada del ataúd de Jackson tapizado de flores.
El evento continuó con el testimonio del reverendo Lucius Smith, amigo de la familia Jackson, quien fue seguido por la actuación de los cantantes Mariah Carey y Trey Lorenz, que interpretaron el tema de los Jackson Five I’ll Be There. «Te echamos de menos», dijo Carey a modo de despedida.
La actriz Queen Latifah, visiblemente emocionada, se sumó al homenaje en «nombre de los fans de todo el mundo» y aseguró que «Michael era la estrella más grande en la Tierra», lo que causó un aplauso espontáneo por parte de los miles de asistentes. Lionel Richie se encargó de dar un tono más religioso con la canción Jesus is Love y el fundador de la Mowtown, Berry Gordon, logró poner en pie a los asistentes con un discurso en el que recordó los inicios de Jackson, a quien calificó de «el mayor artista que jamás ha vivido». Un vídeo repasó durante varios minutos el legado audiovisual y musical del rey del pop, y se recordaron sus grandes éxitos discográficos para dar paso a Stevie Wonder. «Éste es un momento que desearía no haber vivido para ver», comentó apenado el veterano cantante, que tocó con su piano el tema Never Dreamed You’d Leave in Summer (Nunca soñé que te irías en verano).
En la ceremonia también interpretó una tonada de Jackson la cantante y actriz Jennifer Hudson. Los ídolos de Los Ángeles Lakers Kobe Bryant y Magic Johnson evocaron la humanidad del artista y su entrega a las causas benéficas.
El homenaje finalizó con la familia de Jackson en el escenario , donde su hija Paris, de 11 años, rompió a llorar al recordar las bondades de su progenitor. «Desde que he nacido mi papá ha sido el mejor padre que se puede imaginar y solo quiero decir que te quiero mucho», afirmó muy emocionada y arropada por los hermanos del músico.
Minutos antes, los parientes del cantante se sumaron a otros artistas para la interpretación de dos temas clásicos de la carrera de Jackson, We Are The World y Heal The World, para a continuación tomar el micrófono y dirigirse a la audiencia.
«Una parte de ti vivirá siempre en todos nosotros. Puede que ahora, Michael, te dejen tranquilo. Gracias por todas las sonrisas que pusiste en los corazones de tanta gente y por todo lo que hiciste por otros. Te quiero Michael y te echo de menos», dijo visiblemente afectado Marlon Jackson, uno de los hermanos del artista.
El evento de más de dos horas y media de duración fue seguido por televisión por millones de espectadores en todo el planeta.
