La inseguridad que reina en las calles de Puerto Príncipe está planteando serios obstáculos al reparto de ayuda humanitaria y a la tarea de los equipos de rescate, que a la tensión propia de su trabajo deben sumar el riesgo de verse atrapados en algún incidente violento. Es lo que les sucedió ayer a los bomberos del grupo de rescate enviado por la Junta de Castilla y León, que se vieron obligados a abandonar a una joven superviviente a la que ya habían extraído casi por completo de unas ruinas al iniciarse un tiroteo y peligrar la vida de los rescatadores.
Estos profesionales españoles, que empezaron a operar en la capital haitiana el pasado jueves y que hasta la fecha han revisado 24 edificios derrumbados y participado en tres rescates de personas vivas, se disponían a revisar los restos de un hotel cuando fueron requeridos por varios vecinos de un inmueble cercano que afirmaban haber escuchado voces bajo las ruinas de una casa de tres plantas.
Según relata Francisco Pérez Rivas, coordinador del equipo castellano y leonés, tras confirmar que efectivamente había una persona entre los escombros, inspeccionaron el forjado del edificio, y fue allí donde descubrieron a la superviviente, una chica de unos 12 ó 14 años. «Entramos en esa planta y, al poco de hacerlo, nos pareció oír la voz de una niña entre el forjado colapsado. Descubrimos su cara, empezamos a hidratarla y tras dos horas de trabajo la teníamos liberada hasta la cintura y únicamente se hallaba aprisionada por el cadáver de su madre».
Llegado a este punto, Francisco cuenta con pesar que fue entonces cuando el rescate tuvo que ser suspendido por indicación de la escolta que daba seguridad al equipo, pues en la zona se había desatado un tiroteo y se estaban produciendo varios saqueos.
El propio bombero admite que cancelar la operación es «el peor trago» que han vivido hasta el momento en las labores de ayuda en Puerto Príncipe. Posteriormente, Francisco consultó la posibilidad de regresar a terminar el rescate, pero se lo impidieron las condiciones de inseguridad en ese barrio.
Sobre la situación que se vive en la capital, el coordinador insistió en que reina un caos total y agregó que lo más urgente es alimentar a la población, en la que crece progresivamente la indignación al constatar el aterrizaje constante de aviones con ayuda humanitaria, que no es posible repartir a causa de los disturbios.
El equipo de intervención que la Junta de Castilla y León ha enviado a Haití está formado por tres guías caninos y tres rescatadores más un coordinador, todos bomberos profesionales de parques de la citada región, además de dos perros especializados y material para búsqueda y rescate en estructuras derrumbadas, incluidos dos localizadores de personas atrapadas que utilizan sensores acústicos para tal fin.
