El matador de toros Juan Mora abrió el XXVI Ciclo Taurino Cultural de la peña «El Espontáneo» convocado en Palacio Mansilla de nuestra ciudad. Tras la presentación a cargo del moderador Pablo Pastor, palabras de saludo y bienvenida por parte del presidente de la peña Nicolás Pascual, para pasar a la conferencia bajo el lema » El toreo de sentimiento».
Juan Mora basó su oratoria en su trayecoria torera que nació bajo los auspicios del padre que también fue torero anunciándose con el apelativo de «Mirabeleño». Nacido en Plasencia, la familia se trasladó a Sevilla donde Juan comenzó iniciarse en el toreo. “Tuve mucha afición, la cual perdura al día de hoy, pues soy torero por pura vocación. Llevo ventisiete años de alternativa, la cual la tomé en Sevilla el 3 de abril de 1983 de manos de Manolo Vázquez con Curro Romero de testigo. Efectivamente, mi trayectoria ha tenido altibajos con años en que no mostraba gran interés y en otros en que estaba dispuesto a lo que fuera con tal de torear. Las circustancias son las que imperan en la carrera de un torero, y en mi caso, no iba a ser diferente. Tuve grandes apoderados y temporadas en que ocupaba puestos de honor en el escalafón, pero llegaron las vacas flacas y pasé un largo periodo de querer y no querer, toreando poco pero eso sí, manteniendo la fe y la ilusión por torear.”
“Para mí -continúa el diestro-, el toreo es un arte y está impregnado de romanticismo. Yo soy torero de sentimiento y eso lo quiero mostrar siempre en mi toreo. Unas veces con mejor fortuna, pero en todo momento aportando gusto y personalidad. He toreado en varias plazas segovianas, varias tardes en Segovia y en Cuéllar en mayor medida y también en Cantalejo, Riaza, El Espinar…. Recuerdo una corrida en Segovia hace 19 años formando cartel con César Rincón y Joselito y toros de mi suegro Martín Berrocal. También cuando di la alternativa en Nava de la Asunción a Emilio de Frutos. Yo quiero y admiro mucho a Segovia por varios conceptos, personales y profesionales. Mi mujer, Marisa, es de origen segoviano como sabeis, así como lo era mi suegro José Luis”.
Sobre la tarde del pasado 2 de octubre en Las Ventas, “marcó mi sino y mi ego torero de forma muy profunda. Yo había conseguido triunfos importantes en esa plaza, tanto de novillero como de matador de toros. En 1994 conseguí un éxito importante alternando mano a mano con Emilio Muñoz, y de hecho, he logrado tardes de buenas faenas en esa plaza por la que siempre siento una emotividad muy especial. La tarde del 2 de octubre, sentí como una sensación especial, muy honda y además de ser un presentimiento, era como una deuda sentimental hacia mi familia. Cuando tras cortar las dos orejas de mi primer toro me disponía a dar la vuelta al ruedo, vino hacia mí mi hijo para acompañarme, pues era cuestión de cumplir una promesa que le había formulado”.
“Sobre la faena al toro de Torrealta, debo decir que fue un ran toro al que toreé con total sentimiento con dos series por el pitón derecho, otras por el izquierdo y rápidamente en cuanto le vi cuadrado, entré a matar sin pérdida de tiempo, pues como se sabe yo uso siempre la espada de verdad desde que cojo la muleta. Los olés me supieron a gloria bendida. Fue algo inenarrable, la mejor tarde torera de mi vida”, finalizó.
El coloquio fue altamente interesante y basado, lógicamente, sobre su triunfal tarde madrileña. Juan Mora manifestó su complacencia por el éxito obtenido en la primera plaza del mundo y dijo tener más o menos apalabradas varias importantes corridas para 2011 en plazas ee relevancia. » Creo que con veinte corridas estaría cumplido mi deseo, pero si fueran algunas más no me importatía. Me cuido mucho y estoy muy bien de salud y de ganas de torear.
Se cenó en restaurante La Taurina donde se mantuvo una amena charla, distendida y cordial y le fue entregado un óleo de Lope Tablada que se viene a sumar al que ya recibió el pasado año con motivo de su intervención en el ciclo y antes otro cuadro como invitado especial de la Tertulia Taurina de Segovia.
