El Banco del Tiempo de Segovia ha tenido un aliado de la mano de cuatro estudiantes de Publicidad y Relaciones Públicas del Campus María Zambrano de la Universidad de Valladolid que promueven una iniciativa para atraer gente joven a este inusual Banco. “El Banco del Tiempo Express” nació de un trabajo sobre alternativas económicas, propuesto en la asignatura Sociología del Consumo de quinto curso. “Elegimos el Banco del Tiempo por lo interesante y lo desconocido de este proyecto”, explican las estudiantes implicadas en la iniciativa universitaria.
El Banco del Tiempo de Segovia surgió hace un año y sus promotores están muy satisfechos con su funcionamiento pero la ausencia más acusada es la de los jóvenes. “Nuestro público son principalmente mujeres entre 40 y 60 años” explica Mariu, una de las trabajadoras del Banco del tiempo.
Esta agrupación ciudadana sin fines de lucro está impulsada y coordinada por la Concejalía de Educación y Juventud del Ayuntamiento de Segovia, con la finalidad de cubrir necesidades específicas de los vecinos y vecinas así como otras que favorecen a toda la comunidad. Es un banco donde se intercambian servicios a cambio de tiempo y es igualitario ya que no todo el mundo tiene dinero pero todas las personas tienen tiempo.
El objetivo del Banco en su versión universitaria fue que los jóvenes conocieran qué es un banco del tiempo y animarlos a que sean parte de la propuesta segoviana. Con esta intención Sandra Morán, Laura Rodríguez, Leticia Noval y Sara Tejada instalaron un puesto de información en el complejo universitario, animaron por redes sociales y organizaron una pequeña puesta en marcha en el ágora del Campus.
El acto se convirtió en un lugar de intercambio, donde se repartían billetes de 15 minutos que los estudiantes podían gastar en los diferentes puestos distribuidos por el Campus. Había clases de guitarra, de inglés, de italiano, repostería, costura, baile, técnicas de escalada, entre otros. “El puesto con más éxito fue repostería porque regalaba magdalenas” afirmaban los estudiantes.
Las promotoras calificaron el resultado del Banco del Tiempo Express como un éxito ya que cientos de universitarios utilizaron los tiempos entre clases para darse una vuelta y aprender algo nuevo.
Esta iniciativa pretende también que los universitarios de fuera de Segovia formen parte de la vida diaria de la ciudad, un punto de difícil acceso que tan solo han conseguido Titirimundi y Muces hasta el momento, por sus programas de voluntariado.
“Solo queda esperar que estos jóvenes se animen y se inscriban en el Banco del Tiempo de Segovia”, señalan las estudiantes. “Esperamos que esta iniciativa sea el comienzo de una bonita amistad entre El Banco del Tiempo y la universidad y se repita cada año”.
