La India sufre con relativa frecuencia brotes de violencia, la mayoría de ellos por enfrentamientos de carácter religioso. Ayer, la ciudad más poblada de esta país, Bombay, fue sacudida con una serie de explosiones que causaron la muerte de al menos 21 personas e hirieron a 113. Los estallidos ocurrieron casi de manera simultánea en tres puntos distintos del centro y sur de la populosa localidad, según explicó el vicejefe del Gobierno regional, Umesh Sarangi. El ministro del Interior, P. Chidambaram, calificó las acciones de «ataque coordinado por terroristas» y reclamó a la población que guardase la calma.
La primera de las detonaciones tuvo lugar en una hora punta, en torno a las 18,45 locales (15,15 hora española) y las siguientes ocurrieron en un intervalo de apenas 20 minutos. Los puntos atacados son zonas concurridas y residenciales.
Dos de las bombas estallaron en la parte sur de la ciudad, en la Casa de la Ópera y en el bazar Zaveri, donde supuestamente el artefacto se encontraba dentro de un paraguas y era de confección casera. Mientras que la tercera, explosionó en el centro histórico, concretamente en el distrito de Dadar, donde se ubica una de las principales estaciones de metro de Bombay, que es la capital financiera del Estado asiático. En este caso el artefacto, según señalaron fuentes oficiales, estalló dentro de un taxi estacionado cerca de una parada de autobús.
Las Fuerzas de Seguridad están investigando lo sucedido y las autoridades han declarado el estado de alerta máxima.
La ciudad ya ha sido objeto de otros grandes atentados en el pasado. El último de ellos sucedió entre el 26 y 29 de noviembre de 2008, cuando un comando de 10 terroristas lanzó un ataque contra diversas zonas como hoteles de lujo, una estación de trenes o un centro de rezo judío, que causó la muerte de al menos 166 personas.
Aquella tragedia fue atribuida a un grupo con base en Pakistán y motivó la congelación de las relaciones entre los dos países vecinos.
Condolencias
Por este motivo, el primero en pronunciar su repulsa por el atentado múltiple fue el Gobierno paquistaní, que envió un comunicado conjunto en nombre del presidente, Asif Alí Zardari, y el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, en el que se pudo leer: «Nuestras condolencias a las autoridades indias por la pérdida de vidas, los heridos y los daños a propiedades».
«El Ejecutivo y todos sus ciudadanos condenan las explosiones y expresan su máxima consternación por los hechos».
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó su «condena enérgica» de los «atroces» atentados ocurridos en la capital financiera india. «Mis pensamientos y oraciones están con los heridos y aquellos que han perdido a sus seres queridos», manifestó el mandatario norteamericano en un comunicado poco después de conocerse la magnitud de la tragedia. Remarcó, además, que la nación asiática es una «amiga y aliada estrecha de mi país».
«El pueblo estadounidense respaldará al indio en estos momentos de dolor, y ofreceremos apoyo a los esfuerzos por llevar a los responsables de estos terribles crímenes ante la Justicia», recalcó el jefe del Estado americano.
Obama recordó su viaje a Bombay del pasado año en el que comprobó «de primera mano, la fortaleza y resistencia» de sus ciudadanos y destacó que «no tiene duda de que esta nación se sobrepondrá a estos deplorables ataques de asesinos». También se sumó a las condolencias el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle. Una vez más la tragedia se ceba con los más desfavorecidos.
