A la tercera lo consiguió, y no se puede decir que fuera en absoluto injusta la victoria del tenista francés Adrian Mannarino en la final de un Open Castilla y León que llevaba persiguiendo desde que, en el año 2009, se le escapara la primera de las dos finales que había perdido en el torneo segoviano.
Ayer, en una pista central en la que se dieron cita más de 1.800 personas, el jugador galo superó en todas las facetas del juego al español Adrián Menéndez Maceiras, cuyo principal mérito fue llegar hasta el último partido del Open, realizando además un gran tenis. Pero el marbellí, evidentemente el favorito del público, no logró en ningún momento poner en duda la superioridad de un Mannarino sencillamente superior.
El partido empezó con un espejismo, como lo fueron los seis puntos seguidos que logró Menéndez, que en un abrir y cerrar de ojos se colocó con 1-0 y 0-30 sobre el saque del francés. Pero bastó con que el galo ajustase un poco más su servicio para que el partido se moviese en la primera manga por el filo de una igualdad efímera.
Menéndez, que hasta la final había tenido en el servicio su mejor arma, pasó por un momento de flaqueza con su saque. Y eso, que en otros partidos puede no pasar excesiva factura, en la final ante uno de los cien mejores jugadores del mundo es mortal. Así que Mannarino ganó el juego en blanco al resto, soportó la reacción del español en el siguiente juego, que consiguió ganar, y sentenció el set en la primera bola de la que dispuso, de nuevo con el servicio del malagueño.
El segundo, una autopista Menéndez acusó el golpe, y ya no fue el mismo que había brillado en anteriores encuentros. Por el contrario Mannarino, con el viento a favor, ejerció de claro dominador del partido, con un golpe de derecha que dominaba los puntos, y mostrando una movilidad que dejaba sin respuesta a su oponente.
Con 2-0 en el marcador tras una nueva rotura de Mannarino, que sumó cinco juegos consecutivos, Menéndez tuvo su momento para meterse de nuevo en el partido, al disponer de dos bolas de rotura para recuperar el ‘break’ perdido, y colocarse con 2-1 y saque para empatar. Pero el malagueño no consiguió romper el saque del tenista francés, que en cuanto se colocó con 3-0 se encontró con una autopista hacia el título. De este modo, Mannarino lograba ganar el Open, tras las dos finales fallidas ante Feliciano López, en 2009, y Daniel Gimeno, en 2010, siendo el octavo campeón francés en la historia del torneo.
La última victoria de un tenista galo en Segovia se había producido hacía una década, cuando se dio la única final con dos jugadores de Francia en liza, Paul-Henri Mathieu, que fue el ganador, y Nicolas Mahut. Diez años después, otro tenista del país vecino se alzaba con el título en El Espinar.
