Dos carreteras rodean un extenso terreno en medio de la naturaleza en el que apenas se oye el rodar de los coches porque los animales de los alrededores dan el recibimiento, con mugidos y relinchos, a un lugar en el que se respira ambiente de competición. En La Vega de El Espinar se encuentra enmarcado por tres sierras la “Yeguada El Espinar” un amplio paraje en el que este fin de semana se va a celebrar el Campeonato de salto de obstáculos de Castilla y León.
Entrando por unas grandes puertas verdes, el galope de los caballos hace que los cinco sentidos se pongan en alerta para saber por dónde se acercan pero, pasados unos minutos, te acostumbras a este sonido que acompaña el paseo por las calles del centro hípico durante todo su recorrido.
Campos verdes, de tierra, un pequeño lago y varios caminos por los que llegar hasta él, son los principales espacios que a simple vista se ven en un lugar en el que los preparatorios para el fin de semana tienen el tiempo ocupado a todas y cada una de las personas que trabajan en la Yeguada. Todos ellos, la mayoría hombres, realizan la puesta a punto de las instalaciones. Camiones descargando, las gradas que suben peldaño a peldaño a manos de los montadores, y hojas, las pocas que hay, volando por los aires empujadas por el personal de jardinería que utilizan los sopladores para dejar el suelo más que perfecto.
La pista de concurso es uno de los sitios más bonitos de este recinto. Una pradera verde con vallas de madera, el césped, que presenta un aspecto más propio de pista de golf, y al fondo un montículo simulando un puente donde el jurado tomará posiciones este fin de semana. Éstas son las pistas en las que competirán, a partir del viernes, los participantes del campeonato. A falta de poner los obstáculos, el extenso campo de hierba, que parece una moqueta, provoca un impulso irresistible de tumbarse en ella y disfrutar de la mañana. Aunque hacerlo sería todo un pecado, sabiendo que su cuidado ha llevado meses.
Justo en el lado contrario, se encuentra el único lugar en el que el verde no manda, la zona de calentamiento, con su campo de tierra y los obstáculos ya preparados para su uso. Andando unos metros más, el olor a mojado y el frescor que se siente, hace prever que el agua no está muy lejos. Detrás de unos árboles la vista despeja las dudas y el lago aparece de frente. Este espacio, aparte de dar color y hacer más bonito el lugar, sirve como regadío de todo el paraje.
Se escucha de nuevo el trote de algún caballo que prepara su estado físico junto con su jinete, pero cuesta llegar hasta él con la mirada porque el susodicho no se deja ver. Es en los boxes donde, nada más entrar, un caballo marrón, elegante, bonito, excepcionalmente grande y de nombre Cavatino se encuentra en medio del pasillo, y haciendo muestras de complicidad y ¡cómo no!, de cariño, con su jinete Ricardo Jurado, el director técnico de la Yeguada, amablemente se aparta para dejar paso.
Los boxes están dispuestos para que el viernes cada caballo tenga su particular “camerino” en el que descansar y ponerse a punto para dar el salto a las pistas, unos saltos que dependiendo de la edad de los jinetes y por supuesto, la altura de los caballos que les acompaña a cada uno, van desde los 80 centímetros aproximadamente para los más pequeños, hasta el metro treinta y cinco para los adultos.
Desde este pasillo, mirando hacia el interior de una habitación se puede ver el guardanés, un lugar en el que los rosetones rodean las paredes junto con las espuelas, los estribos, las cabezadas y alguna que otra montura. Sin duda es un lugar acogedor, colorido por las cintas y de colección de algunos de los premios que personas relacionadas con la Yeguada han conseguido a lo largo del tiempo.
Saliendo de los 90 boxes que completan esta nave, tres caballos, cada cual más preparado y más reluciente, calentaban en el caminador donde, antes de salir a montar, los jinetes los introducen para que no salten en frío a las pistas de galope.
Siguiendo el recorrido por las instalaciones y buscando la sombra como algunos de los perros que tienen en la Yeguada, se llega hasta el almacén de recursos alimenticios, colindante a los silos de pienso. De aquí sale la comida para los caballos. Algo muy constante para ellos, porque según explica Ricardo Jurado, “los hábitos de los caballos son realmente importantes, tienen que comer siempre la misma comida y seguir una rutina, porque romper con ella puede causarles cólicos y pueden caer enfermos”.
Solitario y aburrido, uno de los caballos que se está recuperando de una lesión, se acerca al cerco de una de las praderas destinadas para esta función. Demostrando su pasión por estas criaturas, el director técnico del complejo extiende su mano para dar ánimos a este caballo.
Estas instalaciones que tienen más de treinta años de historia reúnen ya entre sus torneos dos Campeonatos de España de categoría absoluta, realizados en los años 2007 y 2008, y en ellas han entrenado caballos de competición que han participado en las Olimpiadas de Los Ángeles, Barcelona, Atlanta y Sydney, representando a España con jinetes de prestigio internacional.
Este fin de semana congregará a los mejores jinetes de la Comunidad en el Campeonato de salto de obstáculos, en el que la victoria irá para el caballo y el jinete que demuestren la mejor de las complicidades, destreza y deportividad.
Antes de comenzar las competiciones todos los caballos deberán pasar el viernes a las diez de la mañana por la sala veterinaria. En este lugar todos los animales pasarán un control en el que se certificará que cumplen con las necesidades adecuadas para competir y saltar.
El campeonato empezará con los más pequeños a las doce de la mañana con la categoría alevines, siguiendo con los infantiles para después competir los junior, la categoría jóven jinete y la absoluta.
Desde muy pronto, la zona habilitada para la recepción de los caballos estará dispuesta para el apartamiento de los camiones que transportan a los animales. En el caso de que el mal tiempo “chafara” la competición, algo improbable, la Yeguada dispone de un picadero cubierto donde se realizarían las pruebas.
