El británico Chris Froome (Sky) ganó ayer la séptima etapa del Tour de Francia, disputada entre Tomblaine y el puerto de La Planche des Belles Filles sobre 199 kilómetros, al imponerse en la línea de meta al australiano Cadel Evans (BMC) a su compañero de equipo Bradley Wiggins, que se convirtió en el nuevo maillot amarillo.
La primera jornada con final en alto se convirtió en una exhibición del equipo Sky, que sumó la victoria de etapa y dio un golpe de autoridad en la general. La ascensión final a La Planche des Belles Filles de 5,9 kilómetros al 8,5 por ciento de desnivel no decepcionó, y junto a otros dos puertos de tercera categoría ayudó a ver una buena ‘batalla’ entre los candidatos a la clasificación general.
Las ‘hostilidades’ comenzaron con una escapada de siete corredores con Luis León Sánchez (Rabobank), Chris Sorensen (Saxobank) y Michael Albasini (Orica) como figuras. La fuga contócon más de cuatro minutos de ventaja y alcanzó la segunda cima de la jornada encabezando la carrera, pero el pelotón incrementó el ritmo del grupo y fue recortando la ventaja poco a poco.
A 15 kilómetros para el final, el cansancio acumulado hizo mella entre los fugados. Además, el español Alejandro Valverde (Movistar) sufrió un pinchazo que le hizo perder contacto con el resto de favoritos. Otros ilustres como Gesink o Van den Broeck también marchaban descolgados.
La escapada quedó neutralizada por un pelotón en el que se palpaba una calma tensa a la expectativa de los primeros ataques. El ritmo del equipo Sky era realmente exigente y muchos de los ‘grandes’ lo acusaron. La criba continuó y el hasta ayer líder Cancellara se quedó atrás, cediendo su maillot al británico Bradley Wiggins.
El inglés, Nibali, Evans y Froome se iban a jugar la victoria. Finalmente, fue Chris Froome el que se impuso tras un excelente trabajo que le valió el maillot amarillo para su compatriota.
