Como cualquier novia el día de su boda, Cayetana Fitz-James Stuart se declaraba «muy feliz» tras salir de su tercer enlace matrimonial. Pero ni ella es una desposada al uso, ni su boda era una más de las cientos que se celebran a principios de octubre en toda España. Ella es la Duquesa de Alba (además de cinco veces duquesa, 18 marquesa, 20 condesa y 14 veces Grande de España), y su matrimonio con Alfonso Díez, 25 años más joven, ha estado precedido por no pocas disputas familiares durante los tres años de noviazgo.
Sin embargo, la historia, al final y como en los cuentos, tuvo un desenlace feliz con el Palacio de Dueñas sevillano como escenario. Poco después de la una y media de la tarde, los enamorados se dieron el «sí, quiero» ante la atenta mirada de 38 invitados.
Entre los asistentes al enlace hubo dos significativas ausencias, que seguramente dolieron mucho a la novia, pues se trataba de dos de sus hijos: Eugenia, que ingresaba en la misma mañana de la boda en el hospital Ruber Internacional de Madrid, afectada de varicela; y Jacobo Martínez de Irujo, que tampoco acudió a la celebración después de la agria polémica que mantuvo con su madre hace algunas semanas, cuando doña Cayetana pronunció unas desagradables palabras sobre su mujer, Inka Martí, a la que llamó mala y mentirosa.
En cambio, sí que estuvieron presentes sus otros cuatro hijos acompañados de sus respectivas parejas y, también, varias ex nueras de la Duquesa como Genoveva Casanova o María de Hohenlohe.
Minutos antes del enlace, la madrina, Carmen Tello, atendió amablemente a la prensa, mientras el novio Alfonso Díez, visiblemente nervioso, salió del hotel donde pasó su última noche de soltero y se encaminó a recoger a la madrina para dirigirse ambos a la capilla. Por cierto, que también en los instantes previos, el novio firmó un documento en el que renunciaba a cualquier privilegio futuro en la Casa de Alba.
Tras el coche de uno de los protagonistas del día, llegaron los últimos invitados, entre ellos Cayetano Rivera Ordóñez, que iba acompañado de Eva González. Un minuto después apareció Fran Rivera, aunque sin su nueva novia, Lourdes Montes.
La ceremonia comenzó a la una en punto de la tarde en la capilla del Palacio que, para la ocasión, estaba decorada de manera sencilla por Victorio & Lucchino, creadores también del vestido de la novia. El sacerdote que ofició la ceremonia fue Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, gran amigo de doña Cayetana.
Esta ha sido la tercera boda de la Duquesa. La primera fue con el ingeniero industrial Pedro Luis Martínez de Irujo, hijo de los duques de Sotomayor y marqueses de Casa Irujo, en Sevilla en 1947. De ese matrimonio nacieron los seis hijos de la aristócrata. A todos ellos su madre les ha otorgado un título nobiliario con Grandeza de España, además de repartir entre ellos su herencia de manera anticipada.
Ya en 1978, doña Cayetana contrajo matrimonio con Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate, doctor en Teología y ex sacerdote jesuita, que murió en 1978.
