El ‘nuevo’ Sevilla de Gregorio Manzano recuperó ayer sus señas de identidad más exitosas y zarandeó a un flojo Atlético de Madrid.
Negredo, Perotti y Kanouté pusieron los goles para un combinado local que recuperó su autoestima en casa, muy dañada tras las decepciones recientes.
Por su parte, el bloque ‘colchonero’ parece haber perdido la alegría de los primeros compases de la campaña, y se enredó en el corsé táctico que planteó el técnico Quique Sánchez Flores, influido por la baja de Agüero.
Manzano, en cambio, tiró de memoria y desplegó el esquema del Sevilla campeón del pasado. Recurrió a una defensa aguerrida, dos extremos eléctricos (Capel y Perotti) y dos puntas (Kanouté y Negredo).
Con un público entregado, ya que al fin ve la salida del túnel, el conjunto anfitrión halló un enorme hueco por la banda derecha, en la que Perotti actuó con un verdadero puñal.
En una de sus penetraciones llegó el 1-0. El argentino arrancó pegado a la cal y realizó un eslalon hacia el centro. Reparó en el desmarque de Negredo y le entregó el balón. El ariete, dentro del área y tras sentar a Domínguez, buscó el ángulo y batió a De Gea.
Los hispalenses adquirieron así una justa renta, pero no se conformaron y no tardaron en ampliarla, en gran parte debido a un despista de los visitantes.
Perotti aprovechó un despeje del arquero rojiblanco, después de una fantástica parada a Kanouté, para enganchar una volea desde la frontal del área que rebotó en un zaguero y se coló.
El segundo mazazo en un corto espacio de tiempo dejó hundido al Atlético, que consideró el partido casi entregado antes del descanso.
El preparador de los madrileños modificó su idea inicial e introdujo en el campo a Diego Costa y Filipe Luis para mejorar las prestaciones de su escuadra. Sin embargo, llegó otro golpe.
Kanouté, con el 3-0, se encargó de abortar cualquier intento de reacción del adversario. Capel puso una asistencia desde la izquierda, Negredo bajó el balón con un toque sutil y lo dejó franco para el africano, que no falló.
Diego Costa, probablemente el hombre más brillante del Atlético, recortó distancias tras un eficaz desmarque a la espalda de Cáceres y un regate a Palop. No obstante, la diana solo valió para maquillar el marcador.
