El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Segovia ha venido impartiendo diversas charlas sobre la normativa de productos fitosanitarios (plaguicidas), en distintas localidades de la provincia.
El objetivo de estas charlas, de las que se han celebrado en el segundo semestre del pasado año, siete reuniones, es dar a conocer a los agricultores la labor que el Seprona realiza en aplicación a la normativa fitosanitaria.
Su celebración tiene lugar a petición de las asociaciones profesionales agrarias, y el propósito reside en lograr un uso sostenible de los productos, eliminar riesgos en la salud humana y también en el medio ambiente, así como fomentar la gestión integrada de las plagas que afectan al campo. Según informa en un comunicado la Subdelegación del Gobierno, hay que recordar que entre las funciones del Seprona se encuentra garantizar el derecho de los ciudadanos a disfrutar de un medio ambiente adecuado y el deber de conservarlo.
De este modo prácticamente todos los agricultores segovianos están recibiendo, desde el año pasado, formación en cuanto al uso y manipulación de estos productos.
La PAC obliga a los labradores a llevar un cuaderno de campo y a tener que sacarse un carnet de manipulador para poder realizar tratamientos fitosanitarios. Antes del 26 de noviembre de 2016, todos los equipos de aplicación de productos fitosanitarios deberán ser inspeccionados: pulverizadores hidráulicos atomizadores, pulverizadores neumáticos, espolvoreadores… También deberán pasar por esta inspección instalaciones fijas e invernaderos y los equipos de aplicación para tratamientos aéreos.
Para pasar la inspección, denominada ITEAF (Inspección Técnica de Equipos de Aplicación de Productos Fitosanitarios), será requisito imprescindible, que los equipos estén previamente inscritos en el Roma (Registro Oficial de Maquinaria agrícola) de cada provincia, o en sus censos correspondientes. El objetivo de estas inspecciones, que vienen fijadas desde la UE, es la protección del medio ambiente y la salud de los usuarios de los equipos. Aunque también se persigue un ahorro de costes, debido a un buen mantenimiento, que proporcionará una distribución homogénea del producto, de acuerdo con las dosis autorizadas y recomendadas.
Además, desde el 26 de noviembre pasado solo pueden suministrarse productos fitosanitarios para uso profesional a titulares con un carnet que acredite la debida formación. Aunque hay varios niveles de capacitación como básico, cualificado, fumigador y piloto aplicador, la mayoría de agricultores y distribuidores han realizado los dos primeros.
Estos nuevos requisitos se unen a la exigencia desde el 1 de enero de 2013 de que todas las explotaciones deben llevar al día el registro de tratamientos fitosanitarios denominado Cuaderno de Explotación o de Campo.