El Santander facilitará el pago de la hipoteca a los parados y a aquellos clientes de la entidad que sufran un importante descenso de ingresos a partir del próximo mes de agosto, mediante una moratoria de tres años sobre el capital.
El consejero delegado del banco, Alfredo Sáenz, explicó ayer durante la presentación de los resultados semestrales de la entidad que las ayudas para hacer frente a la hipoteca se inscriben en la intención del Santander de contribuir a aliviar las dificultades de determinados segmentos de población a la hora de hacer frente a sus deudas en el actual contexto de crisis económica.
Además, el directivo dijo que los trabajadores que pierdan su empleo se podrán beneficiar de la medida, así como particulares y autónomos clientes de la firma financiera que registren un descenso de sus ingresos del orden del 25%.
Según sus cálculos, la medida puede llegar a reducir la letra mensual de la hipoteca a la mitad en el caso de un préstamo sobre una vivienda habitual de 125.000 euros a un plazo de 25 años y un diferencial de euríbor más 0,7%.
Los 36 meses de carencia del capital principal se acumularían al final del plazo del préstamo, en los tres años siguientes, especificó el consejero delegado. «Es un alivio importante» de la carga, sostuvo, sin atreverse a cuantificar el impacto que la iniciativa puede llegar a tener sobre las cuentas del banco. Por otro lado, la entidad obtuvo un beneficio neto atribuido de 3.501 millones de euros en el primer semestre, cifra un 21,2% inferior a la del mismo período de 2010, que fue de 4.445 millones de euros, según informó la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La empresa que preside Emilio Botín explicó que este resultado incluye la creación de un fondo de 620 millones de euros para la cobertura de eventuales reclamaciones que pudieran producirse por la venta de seguros de protección de pagos en el Reino Unido. Sin dicha provisión, el beneficio semestral de la entidad se habría situado en 4.121 millones de euros, un 7% menos.
Así, el margen bruto del Santander creció un 6,1% entre enero y junio, hasta los 22.137 millones de euros, mientras que el margen neto aumentó un 2,8%, y situó en 12.406 millones de euros.
Por ello, Botín destacó que la «fuerte capacidad de generación de ingresos» del banco le permitirá cerrar 2011 con un beneficio recurrente «en torno al obtenido el año pasado» y mantener el dividendo en 0,6 euros por acción.
Por su parte, la tasa de morosidad del grupo alcanzó el 3,78% a cierre de junio, frente al 3,37% de hace un año, y la mora en España fue del 4,81%, con «ligeros crecimientos» que atribuyó, «en gran medida», al descenso del crédito.
A su vez, los depósitos de clientes repuntaron un 5%, hasta los 624.414 millones, mientras que los créditos disminuyeron un 0,5%, hasta los 723.969 millones.
