una ajetreada agenda durante sus visita a León, donde inauguraron el recientemente remodelado Palacio Conde de Luna. Después de este acto, recibieron la Medalla de Oro de Castilla y León de manos del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, en la Colegiata de San Isidoro, para después acudir a un acto de conmemoración del 1.100 aniversario del reino de León. Precisamente allí, Don Juan Carlos reconoció a León como cuna del parlamentarismo en Europa, tras las Cortes de 1118, que supusieron «un hito histórico para el tránsito a la modernidad».
Don Juan Carlos evocó la instalación de la Corte en la ciudad, que dio lugar a «consecuencias perdurables» como fue el caso de la consolidación del Reino de León, «que dos siglos antes había comenzado a forjarse», así como su expansión «llena de significado y trascendencia». En este sentido, aludió al Reino de León como evocador de «una serie de visiones y conceptos políticos y culturales», que resultaron «fundamentales para el ser de España», así como «de gran significación» para el resto de Europa, dijo.
Entre ellos, subrayó el origen de la democracia representativa, la vocación de integración y unidad, las primeras manifestaciones de autonomía municipal y las «valiosas» aportaciones culturales que emanaron del Reino de León.
Fue en las Cortes de 1188 donde nacieron también las primeras ‘Cartas Puebla’, que fueron la «expresión primigenia de la autonomía municipal», y tuvieron su origen los fueros «que dotaban a las gentes de fundamentos jurídicos más sólidos para la convivencia», añadió el monarca, quien se refirió a León como un Reino «volcado en el progreso cultural» al apadrinar en el siglo XIII «el nacimiento de las primeras universidades de prestigio internacional».
Antes de acudir a este acto, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, entregó a los monarcas la Medalla de Oro de Castilla y León, máxima distinción de la Comunidad en reconocimiento a «los méritos» desempeñados por la monarquía en la historia de España, según explicó Herrera.
El presidente recordó que esta distinción está «íntimamente ligada» a la Familia Real, después de que el primero en recoger este galardón fuera el padre de Don Juan Carlos, Don Juan de Borbón, en 1987, por se considerado «el más ilustre de nuestros paisanos», añadió Herrera, quien expresó su «honor» por entregar esta Medalla con la que acompañó el «respeto, admiración y agradecimiento» por lo que los Reyes están haciendo «por España, por sus comunidades y por Castilla y León».
Por su parte, Don Juan Carlos expresó su satisfacción y la de la Reina por el recibimiento de esta distinción ante el «incomparable esplendor románico» de la Real Colegiata de San Isidoro, y agradeció «de corazón» la distinción que «estimula el permanente compromiso de la Corona con estas queridas tierras» y también con «su afán» por continuar contribuyendo a construir «una España cada vez más justa, próspera y solidaria», dijo.
Con la entrega de este reconocimiento se cumple el acuerdo del Consejo de Gobierno celebrado en diciembre de 2008 por el que se aprobaba la concesión de esta Medalla a los Reyes en reconocimiento al «papel de primer orden» desempeñado en la historia reciente del país y que ha supuesto 30 años de progreso social, democrático y económico para la nación y, especialmente, para Castilla y León.
Más tarde, el Rey lanzó un mensaje de unidad con el fin de conseguir superar la crisis y recobrar «una dinámica de crecimiento, empleo y mayor bienestar» en España y expresó su «profunda convicción» de que hay que trabajar «juntos» para alcanzar este objetivo.
