Ha pasado apenas una semana desde que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recomendase al primer ministro británico, David Cameron, que se mantuviese firme y no pensase en hipotéticas separaciones con la Unión Europea. Un consejo que el propio premier tomó en cuenta, a pesar de que un día después parlamentarios de sus partidos le dieron la espalda y reclamaron en la Cámara la celebración casi inmediata de un referéndum que permita decidir si los ciudadanos quieren permanecer o no bajo la influencia de Bruselas.
Ante esta situación, un sondeo publicado ayer desveló que casi la mitad de los habitantes de las islas, un 46 por ciento, respondería no a la pregunta de ¿Piensas que el Reino Unido debería permanecer como un miembro de la Unión Europea?, lo que supone un incremento con respecto a las últimas encuestas elaboradas y refleja el aumento de los euroescépticos en ese país.
De entre los preguntados, solo el 30 por ciento aboga por continuar en la UE y un 44 por ciento apuesta por convocar de forma inmediata un referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido al bloque comunitario y adelantar la consulta. En cambio, un 29 por ciento es partidario de esperar hasta 2017, fecha a la que se comprometió el primer ministro británico, David Cameron.
El ascenso del euroescepticismo también se constata en la opinión de los encuestados sobre quién debería liderar unas hipotéticas negociaciones con Bruselas para acelerar la salida de la nación de la UE.
En este sentido, tres de cada 10 sondeados consideran que Cameron es el más apropiado para mantener las conversaciones con la Unión, pero, en segundo lugar, se encuentra en líder del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), el ultraconservador y euroescéptico Nigel Farage, con el 18 por ciento, ligeramente por encima del líder del Partido Laborista, Ed Miliband. Por su parte, el viceprimer ministro, el laborista Nick Clegg, apenas supera el 4 por ciento.
Además, la consulta también desvela que el Partido Laborista parte como favorito para ganar las elecciones generales de 2015 y sacaría tres puntos a su inmediato perseguidor, el Partido Conservador del primer ministro, reduciendo a la mitad la distancia entre ambas formaciones.
Con el 32 por ciento para la izquierda y el 29 por ciento para los tories, el Partido Liberal Demócrata, socio de Gobierno de Cameron, baja un punto en intención de voto, hasta el 16 por ciento, mientras que el UKIP obtendría un 15 por ciento de los apoyos.
Escocia
Por otro lado, el Gobierno británico advirtió de que una Escocia independiente se encontraría con un sector financiero sobredimensionado en comparación con el tamaño de su economía y, por tanto, sería tan «vulnerable» a una crisis bancaria como la de Chipre.
El Partido Nacional Escocés (SNP), que gobierna la región y apoya la soberanía, rechazó estas conclusiones, que calificó de «cuentos chinos».
