El recuerdo y afecto por el profesor Jorge Soler, uno de los mayores expertos de patrimonio industrial de Segovia, que falleció de forma súbita hace un mes, marcó ayer la apertura de la última exposición temporal que alberga la Casa de la Moneda, “Felipe II. Los ingenios y las máquinas”.
Unánimes y emocionadas fueron las palabras de autoridades y amigos para honrar la memoria de quien fue uno de los grandes investigadores en la recuperación de la Casa de la Moneda, un edificio que pronto tendrá una de sus salas dedicadas a Soler, uno de los tres expertos (junto a José María Izaga y Miguel Ángel Moreno) que participó en el diseño y reconstrucción de las ruedas hidráulicas y laminador que hoy pueden contemplar los visitantes en la Ceca segoviana. La alcaldesa, Clara Luquero, desveló el propósito del Ayuntamiento de que la sala que alberga la exposición dinámica (y que acoge el taller de forja y la reproducción de las antiguas máquinas) lleve el nombre de quien fuera maestro industrial.
Lo cierto es que la apertura de la exposición itinerante, que ofrece una visión de la ingeniería civil e industrial del siglo XVI, quedó en segundo plano ante las muestras de reconocimiento al profesor, que había ejercido su labor docente en los institutos Ezequiel González y en el Andrés Laguna.
Entre las muestras de afecto, la de sus amigos y colaboradores, que habían depositado unas hojas de madroño y una madera de fresno (“como símbolo de grandeza y de ese árbol que siempre perdura”, apuntó Moreno) al lado de un gran cuadro con la imagen de Jorge Soler.
“El está aquí, en cada una de las máquinas, en este espacio, por esto tenemos la intención de que esta sala, que está llena de su espíritu, trabajo y pasión, lleve el nombre de Jorge Soler”, aseguró Luquero, quien destacó la “implicación, más allá de lo profesional” que tuvo el investigador con la recuperación de la Ceca segoviana.
Para la llegada de la exposición “Felipe II. Los ingenios y las máquinas” a la Casa de la Moneda de Segovia, también colaboró Soler, según recordó, por su parte, el presidente de la Fundación Juanelo Turriano, Victoriano Muñoz, entidad organizadora de la muestra con el CEDEX, a través del Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo (CEHOPU). Muñoz recordó la “larga colaboración” de Soler con la Fundación, en la que destaca, según subrayó, su participación, junto con Izaga y Moreno en el diseño y construcción de la maquinaria de la Ceca, un trabajo que realizó con “entusiasmo y competencia”. Con anterioridad, el presidente de la Fundación Juanelo Turriano habló del profesor como el de una persona “íntimamente ligada a esta Casa de la Moneda, generoso y colaborador”. Esta relación arrancó cuando Soler ganó en 2004 en colaboración con Izaga y el numismático Glenn Murray el Premio Internacional García-Diego por la obra “El Real Ingenio de la Moneda de Segovia”, un trabajo publicado por la Fundación y presentado en Segovia en la Academia de San Quirce.
A continuación, en señal del sentimiento de “profundo afecto y agradecimiento”, Muñoz entregó, en nombre de la Fundación, a la viuda de Soler, Alcázar Rus, y a sus dos hijos Odin y Alvar, una Medalla con la figura de Juanelo Turriano, reproducción de la que se conserva en el Museo Lázaro Galdiano, en Madrid.
La viuda del profesor tomó entonces la palabra para agradecer las muestras de reconocimiento y afecto. “Muchas gracias en nombre de Jorge, porque le distéis la oportunidad de disfrutar uno de los grandes proyectos de su vida, no os podéis imaginar con qué entusiasmo y con qué ilusión dedicaba parte de su tiempo a esto y otros muchos proyectos que, desgraciadamente, se han quedado sin cumplir, pero que, poco a poco, intentaremos sus hijos y yo sacar adelante”.
Exposición. La comisaria de la exposición y representante del CEDEX, Dolores Romero Muñoz, que también tuvo palabras de recuerdo al profesor, explicó cómo la exposición —que podrá verse hasta el 18 de septiembre— es la quinta que el organismo trae a Segovia; mientras que es la tercera que llega en colaboración con la Fundación Juanelo Turriano, tras las relativas a la ingeniería y técnica en España en época romana y medieval.
Con anterioridad, el presidente de la Fundación explicó cómo la exposición es una versión itinerante y actualizada de la que se inauguró en septiembre de 1998 en el Jardín Botánico de Madrid, de la que fue comisario, Ignacio González Tascón. “Tuvo un enorme éxito, fue visitada por cerca de 100.000 personas”, apuntó Muñoz.
La muestra repasa la época de esplendor de la ingeniería civil e industrial en España durante el siglo XVI, el reinado de Felipe II, que reunió a un amplio plantes de científicos y técnicos al servicio de la Corona. El público podrá contemplar una extraordinaria colección de 30 maquetas (la presa de Tibi, la draga movida por rueda de pisar o la de Cuchara y la ferrería, entre otras) , audiovisuales, libros y paneles.