El Real Madrid logró su segunda victoria consecutiva en la Euroliga deshaciéndose del vigente campeón, el Panathinaikos, en un encuentro que empezó a decantarse del lado blanco gracias a un sobresaliente segundo cuarto en el que los locales dieron rienda suelta a su ataque para firmar un marcador parcial de 20-0.
La gran experiencia que acumulaban los dos banquillos condujo a unos primeros minutos de partido en los que ambos contendientes midieron fuerzas con cautela. Pero la dinámica cambió con la entrada de Llull. Gracias a la presión defensiva del base, que ayudó a que el equipo subiera un punto su agresividad atrás, el bloque visitante se nubló en ataque y dio paso a la gran reacción del conjunto local en el segundo cuarto.
Los ‘merengues’ firmaron un extraordinario parcial de 20-0 para tomar la delantera. El vigente campeón tropezó con la gran intensidad madridista y el aro se hizo más grande para los de Messina, que crecieron con cada acción acertada en defensa.
El equipo blanco pasó a tomar el mando y de la mano de Lavrinovic trató de estirar el marcador. Sin embargo, enfrente estaba un Nicholas dispuesto a resarcirse de un gris primer tiempo. El escolta cargó sobre sus hombros el peso anotador del Panathinaikos y saldó su cuenta del tercer periodo con 13 puntos que ayudaron a mantener vivo el partido hasta el último cuarto.
Allí el cuadro heleno hizo el último asalto al triunfo, pero el esfuerzo colectivo de los de Messina ayudó a asegurar un triunfo vital en la lucha por el liderato del Grupo D.
