El Real Madrid mantiene su firmeza en Europa para acariciar los octavos de final de la Champions con un pleno de triunfos engrandecido ante una antigua bestia negra, el Olympique de Lyon, al que goleó como un rodillo en el regreso de José Mourinho al banquillo cumplida su sanción.
El conjunto blanco atropelló a su rival. Le faltaba al conjunto galo su columna vertebral. El brasileño Cris y el argentino Lisandro López son dos jugadores básicos en un proyecto venido a menos. El que se convirtió en ogro en años de maldición europea ‘merengue’, apenas mostró argumentos de peso para dar que hablar.
Con más paciencia que otros encuentros, el Real Madrid llegó con continuidad hasta la portería de Lloris. Encontró en la banda izquierda una asociación, Marcelo-Cristiano, que siempre desequilibró. El vacío marcó la banda derecha. Di María, novedad en el once por Kaká, se descolgó hacia el centro. Necesita entrar en contacto con el balón y está ansioso por brillar.
Cristiano, extramotivado en la Champions, lo intentó con tiros lejanos, con disparos en carrera, de falta y remates de cabeza. No encontró el gol en el primer acto, pero su empuje fue un ejemplo para sus compañeros. Hasta Khedira se descolgó en ataque mostrando una virtud desconocida en sus pases en el Santiago Bernabéu.
El gol era cuestión de minutos si era para el Real Madrid y de un milagro para el Olympique. Con el contraataque como única posibilidad, el conjunto galo dejó un cabezazo en plancha de Briand que rozó el palo y un remate del extremo en un fallo de Pepe.
La lógica se impuso y un saque de esquina peinado por Cristiano lo aprovechó Benzema para hacer el primero a los 19 minutos. Regreso a lo grande, con Higuaín en el banco tras encadenar ‘hat-tricks’. De nuevo para castigar a su ex equipo al que tiene cogida la medida.
En plena diversión blanca, Marcelo y Benzema pudieron sentenciar, pero el árbitro anuló dos goles. Uno claro, por fuera de juego de Gomis. Y otro con polémica. Xabi Alonso sacó una falta a Benzema que marcó mientras el colegiado contaba pasos. Xabi y Özil se quejaron porque no habían pedido distancia. Al final, todo quedó en anécdota por la actitud local.
En la reanudación no especuló, fuerte físicamente fue por más y encontró el premio con rapidez. En el 48, Khedira marcaba su primer gol oficial como madridista, gracias a un regalo de Benzema, y siete minutos después Lloris metía en su portería un centro de Özil en pleno desconcierto visitante.
El Real Madrid tenía el pleno de triunfos europeos en su bolsillo y cinco puntos de diferencia con sus perseguidores. Ajax y Olympique lucharán por el segundo puesto. El poderío del bloque español en Europa desde la llegada de Mourinho es indiscutible.
Hasta tuvo tiempo de guardar fuerzas tras la mala noticia de Khedira. Su gran partido se acabó antes de tiempo por un codazo involuntario de su compañero Pepe que le hizo una brecha. Kaká e Higuaín pudieron aumentar la goleada. Y Cristiano Ronaldo que vio como le anulaban el gol que premiaba su noche de brillantez, al encontrarse su compañero Kaká en posición antirreglamentaria en la trayectoria del balón.
El encargado de hacerlo fue Sergio Ramos. Puso el broche a su noche perfecta de central haciendo lo que más le gusta, marcar. Le quedó muerto un remate tras un saque de esquina y con la zurda mandó el balón a la escuadra. Su sonrisa es la del madridismo.
