El nuevo y flamante proyecto de José Mourinho en el Real Madrid sufrió el primer tropezón a la primera de cambio en el escenario más insospechado de todos, y no pudo pasar del empate frente a un Mallorca maltrecho, expulsado de la Liga Europa por moroso y con una plantilla cogida con pinzas.
El juego blanco fue discreto y mucho tendrá que trabajar ‘Mou’ para afinar una orquesta con demasiados solistas, uno de ellos Cristiano Ronaldo, empecinado en hacer la guerra por su cuenta.
El técnico ya había recordado que sus inicios en el Chelsea e Inter no empezaron con buen pie. Pero lo que no esperaba es que se esfumaran los primeros dos puntos en un campo habitualmente propicio para los ‘merengues’.
El Madrid jugó de manera aplicada al principio, madurando el partido y al rival desde el principio, sin que nadie -con la excepción de Cristiano Ronaldo- se saltara el guión establecido.
El conjunto de la capital se presentó en Palma sin sus figuras legendarias, Raúl y Guti, en el fútbol alemán y turco, respectivamente, pero con la misma sensación de equipo intimidador, peligroso, capaz de aprovechar los fallos del rival a la primera de cambio.
Dos internadas de Cristiano en la primera parte (mins. 12 y 22) y un gran pase de Canales a Higuaín (min. 37) crearon zozobra en la zaga insular.
El Mallorca respondió con un cabezazo de Nunes a la salida del córner, que atrapó Casillas sin mayores dificultades, y un cañonazo cruzado muy peligroso del uruguayo ‘Chori’ Castro.
Fue un primer tiempo de desgaste, de gran esfuerzo físico, sobre todo por parte del Mallorca, que logró neutralizar el juego madridista durante muchos minutos.
El danés Michael Laudrup ha aceptado dirigir una plantilla modesta, confeccionada con jugadores que han completado cesiones en clubes de Segunda y solo con unos pocos que estuvieron la temporada pasada a las órdenes de Gregorio Manzano.
Xabi Alonso buscó espacios, lo intentó sin éxito Di María, se mostraron Cristiano e Higuaín, pero el Madrid no carburaba, todo ello, con ‘Mou’ descontento con lo que veía y saliendo de su banquillo para dar instrucciones a sus jugadores.
El conjunto balear asumió su rol de equipo pequeño pero solo al principio. Aunque retrocedió varios metros, se esmeró en las faenas defensivas y apuró al máximo sus opciones de contragolpe, casi siempre conducidos por el uruguayo Gonzalo ‘Chori’ Castro, el gran referente ofensivo de los bermellones tras la marcha de Aritz Aduriz al Valencia.
En la segunda parte, debutó el argentino Fernando Cavenaghi en el Mallorca, sustituyendo a Sergi Enrich. Laudrup quiso darle más pegada a su equipo, sabiendo que la iba a necesitar ante un Madrid que iba a apretar en busca de la victoria, sobre todo, tras la decisión de Mourinho de dar entrada a Karim Benzema y Mezut Özil por Di María y Canales, respectivamente. Más tarde, debutó Sami Kedhira.
En el minuto 61, Aouate le ganó un mano a mano al argentino Gonzalo Higuaín en una acción providencial, que evitó el gol madridista. Dos minutos más tarde, fue Nunes el que conjuró el peligro.
El Real Madrid pareció despertar de su letargo con Özil y Benzema sobre el terreno de juego. Se movió mejor, con más criterio y logró arrinconar al Mallorca. Tuvo el gol Cristiano Ronaldo (min. 77), pero falló cuando parecía que lo más fácil era marcar. Lo mismo ocurrió (min. 83) con una doble oportunidad para Higuaín y Benzema, que remató desviado con la portería vacía.
También el Mallorca, a la contra, tuvo sus ocasiones, pero al final, el marcador no se movió con un 0-0 que deja muy contentos a los jugadores que dirige el danés Michael Laudrup, capaces de sacar con nota un debut y exigente, y fastidiados a los madridistas, cuyo flamante proyecto empieza generando dudas.
