El Real Madrid perdió ayer en la sala Pionir de Belgrado ante un Partizán que supo jugar mejor los momentos finales apoyado por su enfervorizado público.
El conjunto blanco volvió a salir frío, sin acierto y sin ideas. Cuando se quisieron dar cuenta ya habían pasado más de tres minutos y medio y el marcador era 10-0. Una pesada losa que arrastraron el resto del partido.
La situación cambió en el segundo período por la aparición de un magistral Carroll que prácticamente en solitario mantuvo a su equipo en el marcador. El equipo de Pablo Laso consiguió ponerse por delante en el marcador por primera vez y de forma breve, 34-35, porque el equipo serbio siguió atacando en oleadas.
Sin embargo, una rigurosa técnica a Reyes en el minuto 18 hizo que los visitantes se descentraran por unos instantes y que al descanso el marcador fuera de 45-40.
Con Rudy Fernández recuperado para el ataque blanco, el bloque español comenzó el tercer cuarto mucho más enchufado, logrando la paridad en el marcador casi de inmediato y manteniéndola con empates a 45,47,49 y 51.
Al término del tercer cuarto, el marcador era un apretado 57-61, tras un parcial de 12-21 que habla de la mejoría en defensa visitante.
El marcador se estrechó al inicio del último cuarto y una nueva técnica, esta vez a Begic, permitió un respiro a los serbios (70-66). La quinta personal de Reyes, a renglón seguido, complicó más el partido para el Madrid, 72-66.
A dos minutos para el final, la sala Pionir rugió como nunca. Llull anotó desde el tiro libre y falló el segundo. El Madrid luchó el rebote y forzó una lucha. La alternancia le dio posesión de balón con 3,6 segundos, pero no pudo anotar. Perdió por 80-79.
