El Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente inauguró ayer el proyecto expositivo ‘Umbrales de Silencio’ del fotógrafo madrileño José Manuel Ballester materializando así una iniciativa nacida hace siete años. “Un proyecto sin precedentes que invita a descubrir una Segovia oculta”, según lo describió el presidente del Patronato gestor del Museo y presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, momentos antes de la apertura al público.
El autor, Premio Nacional de Fotografía en 2010, presentó la exposición, que reúne un total de 64 fotografías de gran formato, 52 realizadas en el marco del proyecto en las que el espectador descubre rincones de Segovia muchas veces ocultos para los ciudadanos, como las cubiertas del Alcázar o el interior de una celda del Monasterio del Parral, y espacios abiertos fotografiados con una perspectiva evocadora y misteriosa.
El fotógrafo aprovechó la presentación, para animar a los espectadores a “acercarse al Museo, a descubrir que el arte contemporáneo no muerde, que también puede ser comprensible y cercano a cualquier ciudadano, como sucede en este proyecto”. Y es que para el autor “la última palabra siempre la tiene el espectador, si no hay espectador no hay arte”, concluyó Ballester, que se define como un fotógrafo “simbolista, poético, y alegórico”.
El primer proyecto expositivo de envergadura que asume el Museo Esteban Vicente esta temporada, después de enfrentarse a cese de actividad a finales de 2013 por dificultades económicas para asumir nuevas exposiciones, traspasa las salas del Museo y contará con intervenciones en el Alcázar, la Academia de Artillería, el Museo de Segovia y el Museo Zuloaga (Iglesia de San Juan de los Caballeros).
La exposición permanecerá en las salas hasta el 14 de septiembre y se completa con doce obras de Ballester de su serie Espacios Ocultos, reproducciones pictóricas de obras como La Última Cena de Leonardo Da Vinci, El Jardín de la Delicias de El Bosco, o La Fuente de la Gracia de Van Eyck van Eyck, con una mirada distinta, llenas de vida, aunque desprovistas de todas las figuras humanas.
Por su parte los comisarios de la exposición: la directora de la pinacoteca, Ana Martínez de Aguilar, y el catedrático Antonio Ruiz, así como el director de Red Centro-Sur de Abertis Autopistas, Ignacio Arbilla, coincidieron en destacar el esfuerzo que ha supuesto el desarrollo del mismo. Según explicaron, la muestra “se hizo realidad” el 17 de enero fecha en la concesionaria de las autopistas de Segovia consiguió la inclusión de la misma en el 1% Cultural del Gobierno, que supuso una aportación de 197.000 euros.
En este sentido, Arbilla alabó el trabajo en equipo y la colaboración público-privada, aunque no mencionó que este es el último proyecto en el que participarán como patronos ya Abertis abandona el Consorcio del Museo de Arte Contemporáneo, del que formaba parte desde 1999.
El proyecto Umbrales de Silencio, surge en el año 2007, cuando el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente encarga a José Manuel Ballester, fotografiar lugares de la ciudad de Segovia, “con el fin de sacar a la luz la riqueza arquitectónica, pictórica y natural escondida en la ciudad” tal y como explicó Martínez de Aguilar.
A lo largo de estos años, Ballester fotografió lugares ocultos, abiertos o cerrados, arquitecturas o paisajes, llenos de historia con una amplia huella cultural. Ruiz recordó “el frío que hemos pasado recorriendo esos lugares y la capacidad de trabajo de José Manuel, que consigue que ahora vea la ciudad cara a cara y no a través de ella”, comentó haciendo referencia a una cita bíblica.
Las fotografías de Segovia representan lugares silenciosos, solitarios, en reposo, que invitan a la reflexión. Espacios de los que se han fotografiado, puertas, interiores de cubiertas, escaleras, torres, claustros, huertas, estanques, refectorios, coros, celdas, zaguanes, patios y bibliotecas.
En las reproducciones destaca “una singular interpretación del espacio arquitectónico del vacío y la luz, la renovación de las técnicas fotográficas y el carácter pictórico de su obra”, los valores que le merecieron el Premio Nacional. Y es que Ballester devuelve a la creación fotográfica el carácter artesanal, gracias a la utilización del ordenador para redibujar, iluminar y colorear los espacios y a la manipulación que permiten los nuevos materiales y técnicas de impresión.
La muestra sigue la metáfora de la rueda de la vida presente en los Espacios Ocultos se divide en cuatro elementos: el agua, la luz, el espacio y el tiempo, que invitan a adoptar una actitud observadora.
