El escritor gallego Miguel Anxo Murado ha sido esta semana el invitado de la Tertulia de los Martes, una sesión en la que a través de su último trabajo, “El sueño de la fiebre”, explicó numerosos detalles técnicos de su labor de escritor, desvelando detalles como que no parte de una historia, sino de una atmósfera, o que, muchas veces, el principio de un relato es lo último que escribe.
“Normalmente al escribir mis relatos no parto de una historia, porque para mí el argumento no es importante, y de hecho muchas veces son variaciones sobre argumentos clásicos, sino de un ambiente, de una atmósfera, y por eso me puede inspirar más un cuadro que una historia”, indicó, para añadir que los relatos “son en ese sentido más parecidos a la poesía que a una novela”.
A partir de un punto en que ve claro el relato “escribo hasta el final, y luego voy rellenando lo que veo que falta; de hecho, muchas veces el principio es lo último que escribo, y no es infrecuente que empiece por el final”. También destacó el necesario trabajo de documentación en algunas obras, como en este “El sueño de la fiebre”, que “se desarrolla en distintas épocas y en diferentes lugares”.
obra premiada En cuanto a la obra, un conjunto de relatos que recibió el Premio de la Crítica Gallega en 2008, dentro de la sección de Creación Literaria, Murado apuntó que se trata de un conjunto de historias unidas por la fiebre; “una o varias personas tienen fiebre, es un elemento que es parte de cada historia y que actúa además como hilo conductor”, subrayó.
Murado, que explica que la fiebre es una metáfora del estado en que se encuentra el escritor, “porque la fiebre también nos hace ver la realidad de una manera distorsionada y apasionada”, comentó que la idea partió de un ataque de fiebre propio, en El Cairo, “que de hecho, aunque retocado, es el arranque del libro”.
En cuanto a su doble faceta de escritor y periodista, que le ha llevado a ser corresponsal de El Mundo en Jerusalén durante varios años, Murado señaló que escribir literatura y escribir en un periódico “es distinto hasta cierto punto; yo me hice periodista mucho después que escritor, el periodismo fue una vocación tardía que no ha llegado a dominar a la escritura”.
“No veo que la diferencia sea tan grande, porque escribir es escribir, es explicarse; además, creo que la ficción es también una forma de verdad y que el periodismo tampoco es la verdad total, hace falta imaginación para explicar las cosas”, comentó.
Según apuntó, personalmente, “me siento cómodo en los dos campos; del periodismo he aprendido mucho, porque es escribir para la gente, mientras con la literatura no sabes muy bien para quién escribes; así, el periodismo te obliga a ser menos pedante, más concreto, mientras en la literatura tiendes a ser más artificioso; por eso considero que el periodismo es un buen correctivo”.
