Primeras imágenes de su alteza real el príncipe de Cambridge junto a sus padres, Guillermo y Catalina, a las puertas del hospital St. Mary de Londres un día después de que la duquesa diese a luz.
Guillermo y Catalina salieron ayer a la puerta de la clínica con su primogénito, al que mostraron por primera vez en público a centenares de periodistas y curiosos congregados frente al lugar.
Sonrientes, los príncipes contestaron a algunas preguntas mientras el bebé, arropado por una mantita blanca, pasaba de brazos de su madre a los de su padre.
El recién nacido «tiene un buen par de pulmones», aseguró su padre, Guillermo, quien bromeó diciendo que se trataba «de un chico grande, bastante pesado».
El príncipe también afirmó que «afortunadamente» el niño se parece a su madre.
La experiencia fue «muy emotiva», añadió, e indicó que aún estaban pensando en qué nombre darle al pequeño.
«Es un momento muy especial, cualquier padre conoce el sentimiento», dijo la duquesa, que agregó que Guillermo ya había cambiado los primeros pañales.
Minutos después, los felices papás abandonaron el hospital. El mismo príncipe acomodó a su hijo en el asiento trasero del coche, junto a su madre, para sentarse luego él mismo al volante del automóvil y abandonar el centro sanitario hacia su residencia como cualquier otra pareja.
La jornada hospitalaria de ayer de los duques antes de que abandonasen el centro por la tarde estuvo marcada por la visita del príncipe Carlos y su esposa, Camila, así como por los padres de Catalina, Michael y Carole Middleton, que acudieron a la clínica para conocer a su nieto.
El recién nacido, un niño que pesó 3,8 kilos, será el tercero en la línea de sucesión al trono británico, detrás de su abuelo paterno, el príncipe Carlos de Inglaterra, y de su padre, Guillermo.
Muy sonrientes, Carole y Michael llegaron en un taxi a St. Mary poco después de las 16,00 hora española para conocer al pequeño, cuyo nombre se desconoce por el momento y que recibirá el tratamiento de Su Alteza Real el príncipe de Cambridge.
A la salida, ambos se mostraron sonrientes y Carole dijo que su nieto es «absolutamente precioso» y que tanto la madre como el niño «están muy bien». «Estamos encantados», afirmó.
Carole, la madre de Catalina y única abuela del bebé en ausencia de Diana de Gales, acudió a ver a su hija ataviada con un vestido gris con motas blancas, mientras que su marido vestía un traje oscuro.
A su llegada, ambos posaron para los fotógrafos que custodiaban el hospital a la espera de captar las primeras imágenes de los duques y el nuevo miembro real.
Londres celebró el nacimiento con más de 100 cañonazos y el repique de las campanas de la abadía de Westminster.
Desde la Torre del Parlamento, la Compañía de Artillería disparó una salva de 62 cañonazos, al tiempo que una batería de la Real Artillería Montada lanzaba otros 41 disparos desde Green Park.
Las campanas de la Abadía de Westminster, donde en 2011 se casaron los duques de Cambridge, repicaron durante tres horas.
