Los encierros son una parte muy importante de las fiestas de la mayoría de los municipios de la región, pero en Catalejo se viven con especial emoción, por ello cuentan con un gran número y variedad de ellos durante la semana de celebraciones en honor a la Virgen de la Asunción y San Roque. Uno de los más llamativos es el tradicional encierro campestre, variedad de la que hoy se ha celebrado el primero de los dos que tendrá lugar este año en la localidad briquera y que afortunadamente se ha desarrollado sin incidentes importantes, a excepción de la caída que se ha producido de unos de los jinetes justo antes del ‘embudo’, aunque el caballista no ha sufrido ningún daño importante y después de que uno de sus compañeros recuperara las riendas del desbocado caballo ha vuelto a montarlo sin problemas.
Desde las nueve de la mañana una multitud de aficionados a la tauromaquia se han reunido en una de las entradas del pueblo que da al campo hasta que los astados han aparecido en el horizonte, comandados por cerca de 200 caballos que los han guiado hasta el recorrido urbano. Un total de cinco kilómetros en los cuales los toros han tenido que ser detenidos en dos ocasiones para descansar y poder recorrer el último kilómetro, urbano, en perfectas condiciones.
Tras finalizar el trayecto los toros, un total de cuatro acompañados de otros cuatro cabestros, se han recogido en los toriles de la Plaza de Toros, a la que han asistido varios centenares de personas, que se apretaban en la sombra, para dar paso a las vaquillas, con las que los jóvenes cantalejanos han podido deleitarse realizando llamativos recortes y saltos.