El Museo del Prado y Patrimonio Nacional firmaron un acuerdo por el que la pinacoteca se quedará “definitivamente las cuatro obras provenientes del Real Monasterio del Escorial que habían sido reclamadas por el anterior presidente de Patrimonio, José Rodríguez-Spiteri”. Según informaron los firmantes, el acuerdo regulará de manera estable el régimen de determinados depósitos recíprocos. Así, definitivamente se quedan en el Prado las cuatro obras que provenientes del Real Monasterio del Escorial se depositaron en dicho museo en 1936, lo que fue confirmado por el correspondiente decreto y acta de 1943.
Estas obras son ‘El Jardín de las Delicias’ y ‘La mesa de los pecados capitales’ del Bosco, ‘El descendimiento’ de Van der Wayden, y ‘El Lavatorio’ de Tintoretto. Por este mismo acuerdo, en relación con las siete obras que en compensación depositó el Prado en el Real Monasterio del Escorial en virtud del ya mencionado decreto de 1943, se garantiza igualmente su permanencia en su actual destino.
El pasado año, el todavía entonces presidente de Patrimonio Nacional, Rodríguez-Spiteri, inició “una negociación compleja” para recuperar, entre otros, los cuadros que tenía en depósito en el Museo del Prado. “Ahora hay cerca de mil obras de Patrimonio Nacional en depósito dispersas, hemos iniciado un proceso de reordenación de estas piezas y cuando digo todas, son todas. Los depósitos no pueden durar más de dos años y así se ha hecho con el Prado”, explicó, en alusián a estas cuatro obras.
No obstante, el pasado mes de noviembre, su sucesor Pérez Armiñán daba por zanjada esta reclamación. “No renuncio a nada que sea del Patrimonio Nacional, pero sí creo que las obras están en un contexto adecuado y pueden seguir estándolo, siempre admitiendo que la titularidad corresponde a Patrimonio, concretamente al Monasterio de El Escorial”, señaló en una entrevista.
En este sentido, recordaba que las relaciones con el Prado son “buenas o excelentes”, porque se tratan de “dos instituciones hermanas” y que los problemas respecto a la pertenencia de estas obras podían deberse a “diferencias de criterio en un momento determinado”. “El Prado necesita a Patrimonio Nacional tanto como Patrimonio necesita al Prado”, señaló, insistiendo a su vez en la necesidad de “mantener un marco de colaboración muy estrecho” con el museo para “el desarrollo normal de la función”.
