Una normativa «de república bananera» que pretende consagrar el estilo «personalista, antidemocrático y caudillista» del alcalde. Así definió ayer el grupo municipal del PP el nuevo Reglamento Orgánico del Ayuntamiento de Segovia (ROAS), al que los populares han presentado un total de 24 alegaciones, según han precisado, en conferencia de prensa, el portavoz municipal del PP, Jesús Postigo, y la concejala popular, Azucena Suárez.
El ROAS establece las pautas de organización y funcionamiento interno del consistorio y marca desde la frecuencia en que deben convocarse plenos y comisiones hasta el procedimiento al que debe ajustarse el alcalde, como presidente de la corporación, para dirigir con objetividad una sesión plenaria.
Suárez indicó que el nuevo Reglamento, que sustituirá al actualmente en vigor, de 1990, y que sufrió una modificación puntual cinco años después, supone «concentración de poder» y «es antidemocrático y caudillista», además de que «se carga de un plumazo» toda referencia a la participación ciudadana, el movimiento vecinal y el papel de las Juntas Vecinales de los barrios incorporados y de la entidad de Revenga.
El texto fue aprobado el pasado 28 de febrero con los votos a favor de PSOE e IU y el rechazo de los populares. Ayer, en el último día para presentar alegaciones a la normativa, el PP presentó 24 alegaciones o sugerencias. Tras lamentar que el Gobierno municipal haya elaborado la normativa «sin consenso» porque «el diálogo con el alcalde es imposible», Suárez desgranó algunos de los aspectos del nuevo Reglamento, con los que los populares están en profundo desacuerdo.
A juicio de los populares, el texto «refuerza y concentra» las atribuciones en la figura del alcalde, «minimiza» las funciones del pleno y «suprime» todos los artículos que hacen referencia a la participación ciudadana y al papel de las Juntas Vecinales de los barrios incorporados (donde el PP ostenta mayoría) y de la entidad local menor de Revenga. «El movimiento vecinal se queda en el limbo», argumentó la concejala.
Según la concejala, con el nuevo ROAS las mociones que se presenten en el pleno dejan de tener carácter resolutivo, excediéndose de lo que recoge el ROF (Reglamento de Organización y Funcionamiento de los Ayuntamientos) «y menoscabando las atribuciones y soberanía del pleno». «Si se desprecian las propuestas de los grupos ¿para que servirán entonces las mociones?», se preguntó Suárez, quien también subrayó que del texto se desprende un ánimo»obstruccionista» hacia la labor de la oposición. «Quieren poner palos en las ruedas al trabajo del PP«, dijo Suárez, en alusión a la negativa del Gobierno municipal a disponer de un plazo más amplio para la convocatoria de plenos y comisiones. El nuevo texto establece que la convocatoria de las comisiones informativas se realizará con tres días hábiles de antelación y las del pleno con dos días hábiles, lejos de las pretensiones de los populares, que, para ambos casos, reclamaban cinco días hábiles completos.
Además, de acuerdo con la concejala, «muchas» competencias que atesoraba el pleno son traspasadas a la Junta de Gobierno local, esto es, al equipo de Gobierno; mientras que el Reglamento «sacraliza» lo que Suárez denominó como «peroratas» del alcalde en los plenos; al mantener la prohibición de réplica, ni siquiera por alusiones, después de las intervenciones que hace el regidor para cerrar los debates en los plenos y que aprovecha «normalmente para vilipendiar» a los populares.
«Este Reglamento es un traje a medida, sin consenso», añadió Suárez, quien avanzó que si en el futuro los ciudadanos depositan su confianza en el PP para gestionar el Ayuntamiento «con toda seguridad será derogado» porque «no queremos un Reglamento de república bananera».
Por su parte, Postigo denunció que el Gobierno Arahuetes «prefiere utilizar el rodillo a buscar el consenso» y afirmó que a los socialistas «les entraron las prisas» de redactar el nuevo Reglamento después de que el Procurador del Común diese la razón a los populares por presuntas irregularidades en la interpretación de la normativa por parte del regidor. «No se puede hacer un Reglamento desde el Gobierno, porque existe el riesgo de hacer un traje a medida para el que está gobernando (…), hemos ofrecido consenso y solo hemos recibido imposición», añadió el portavoz popular.
Postigo se mostró «preocupado» por la supresión de toda referencia a la participación ciudadana. A juicio de los populares, con independencia de que se trabaje en un Reglamento exclusivo que regule la participación ciudadana —»y que debería haber estado listo en el mes de abril del 2012″, recordó Postigo— el nuevo Reglamento «debería recoger al menos unos puntos mínimos que regulasen la participación ciudadana y por supuesto todo el articulado que hace referencia a las Juntas Vecinales y las Entidades Locales Menores».
El portavoz popular considera que el nuevo Reglamento Orgánico se «ha hecho mal y de forma precipitada, totalitaria y personalista» y, según avisó Suárez, puede tener una vida ‘efímera’, porque probablemente tendrá que modificarse cuando se apruebe la nueva Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local. «Debería haber sido un Reglamento, elaborado con el consenso de todos los grupos políticos, que sirva para todos los concejales, y todos los ciudadanos, independientemente del quien gobierne o quien esté en la oposición».
