El día de ayer amaneció especialmente complicado en Génova. Varios medios nacionales se hicieron eco en sus portadas de las supuestas revelaciones del extesorero del PP Luis Bárcenas, según las cuales diversos dirigentes del partido como el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el que fuera ministros de Economía Rodrigo Rato o el antiguo titular de Interior Jaime Mayor Oreja, entre otros, recogieron sobresueldos en B entregados directamente por la formación.
Sin embargo, los populares tardaron pocos minutos en desmentir la información, asegurando que los apuntes atribuidos al exgerente no forman parte de su contabilidad. Asimismo, insistieron en que todas las retribuciones recibidas por los cargos y el personal del PP siempre se han realizado de acuerdo con la ley. El partido del Gobierno subrayó, además, que su contabilidad «a lo largo de todos estos años es única, se ha venido haciendo en los términos previstos por la legislación de partidos y ha sido sometida a la fiscalización del Tribunal de Cuentas».
A lo largo del día, fueron varios los dirigentes que hicieron referencia a esa supuesta contabilidad B desvelada por Bárcenas, que asegura que Rajoy llegó a cobrar presuntamente más de 15 millones de pesetas en sobresueldos, mientras fue ministro con José María Aznar. Así, uno de los más vehementes en la defensa del actual presidente fue el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, quien puso «la mano en el fuego» por el líder popular, al que definió como «una persona honrada y honesta».
No obstante, la mayoría de los integrantes del Ejecutivo se remitieron al comunicado de Génova, «extraordinariamente claro» según el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo. Sin embargo, su homólogo en Economía, Luis de Guindos, remarcó que la estabilidad del Gobierno no está en riesgo y que el país sigue gozando de la confianza de los mercados. Menos optimista se mostró el jefe de la diplomacia nacional, el propio Margallo, que reconoció que este tipo de informaciones dañan la Marca España en el exterior.
Y es que, a pesar de la unidad y la relativa tranquilidad que mostraron ayer los nombres más destacados del Ejecutivo, dirigentes del PP coincidieron en expresar una «gran preocupación» por el «daño devastador» que las informaciones sobre el caso Bárcenas están provocando en el partido. Además, advirtieron de que el «cabreo» en las bases del partido empieza a ser generalizado. Por ello, desde Génova se comienza a pedir enfrentarse directamente a esta situación sin dar la sensación de que la formación se esconde.
Críticas de la oposición
Mientras, la oposición arremetió duramente contra el Gobierno a raíz de las informaciones sobre los presuntos sobresueldos. La vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, exigió una vez más la comparecencia «inmediata» del presidente del Gabinete en el Congreso para que explique y «diga la verdad» sobre si cobró dinero en B y si mintió cuando dijo que no había recibido nada. «Si no puede, tendrá que dejarlo», añadió.
En la misma línea, el líder de IU, Cayo Lara, pidió directamente «la dimisión del presidente, la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones». Por su parte, UPyD solicitó por carta a los diputados del PP su firma para solicitar la comparecencia de Rajoy en el Congreso.
