Parece que nadie es profeta en su tierra, aunque haga vaticinios en internet. Algo así le ha sucedido al presidente Zapatero, que declaró el pasado miércoles, en un encuentro con miles de cibernautas en Youtube, que su renuncia a presentarse en 2012 había fortalecido a su partido. Así también lo creyeron barones y analistas. Nada más lejos de la realidad, pues el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) señala que el PP consolida su ventaja electoral sobre el PSOE, que ya es de 10,4 puntos, al obtener una estimación de voto del 43,8 por ciento, frente al 33,4 por ciento de los socialistas.
Este resultado supone que la formación de Mariano Rajoy aumenta en tres décimas la distancia que tenía sobre su adversario en la encuesta del CIS, si bien ambos grupos bajan su expectativa de sufragio estimado, seis décimas en el caso de los progresistas y tres en el de los conservadores.
Además, en el barómetro de abril, confeccionado en la primera semana del mes, cuando Zapatero anunció que no se presentará a la reelección, el dirigente gallego le supera por vez primera en valoración ciudadana, al obtener una nota media de 3,46 puntos -antes tenía un 3,25- frente a los 3,41 del presidente.
Entre los demás partidos, destaca la formación de Rosa Díez, UPyD, que con un 3,5 por ciento mejora en seis décimas su posición anterior, en tanto que IU pierde medio punto, al quedarse con el 5,2 por ciento. Este dato supone un jarro de agua fría para la formación comandada por Cayo Lara, que puede ser víctima del temible voto útil.
También baja CiU -cuatro décimas- al quedarse con una previsión del 3,5 por ciento, y sube cinco décimas ERC, hasta situarse en el 1,3 por ciento. Estos números tienen su lógica pues la nueva Generalitat surgida tras las elecciones de noviembre se ha encontrado la herencia del Tripartito, y ya tiene que echar mano de la tijera. Posiblemente, descienda mucho más la nota en el próximo informe, ya que Mas anunció el inminente despido de más de 20.000 empleados públicos. En el caso de los de Puigcercós, el desplome en los comicios catalanes fue tal que solo puede ir ascendiendo.
Mientras, en el País Vasco, el PNV eleva en solo una décima su proyección de sufragio, hasta el 1,3 por ciento, y Nafarroa Bai dobla su estimación de apoyos, que se sitúa en el 0,4 por ciento. Estas cifras no gustarán al líder peneuvista, Íñigo Urkullu, que, a buen seguro, perderá poder si Bildu concurre en las urnas.
En apoyo directo, es decir, el expresado por los encuestados antes de ser tabulado por los sociólogos del CIS, es también el PP el partido más respaldado, con el 27,1 por ciento, frente al 20,5 por ciento de los socialistas.
Un 12,9 por ciento declara que no votaría en unas elecciones generales, el 5,8 por ciento anuncia papeletas en blanco y un 20,4 no sabe o no contesta.
En cuanto a la valoración de los miembros del Ejecutivo, una vez más, el vicepresidente Rubalcaba se mantiene primero, aunque suspende con un 4,72, y baja -un 5,3 obtuvo en el examen de enero-. La titular de Defensa, Carme Chacón, le sigue con un 4,55, pero mejora: tenía un 4,49.
Así, tanto Rubalcaba como Chacón, los dos nombres que más suenan para poder participar en las primarias de las que saldrá el sucesor de Zapatero, obtienen mejor valoración que Rajoy, un dato que deberá tener en cuenta el líder conservador, para que no tenga razón el vaticinio de The Economist, que el pasado verano auguró que conquistaría La Moncloa el partido que se deshiciera primero de su líder. También resulta interesante que el tercer puesto lo ocupe la titular de Medio Ambiente, Rosa Aguilar -4,12-, que suena mucho para Andalucía, si bien la periodista Pilar Cernuda cree que se diluye. En ese sentido, todo dependerá de la influencia que siga teniendo, en los próximos meses, su gran valedor, el mismísimo Zapatero.
Otro dato importante es el hecho de que un 21,5 por ciento de la ciudadanía percibe con preocupación a la clase política, algo que no se registraba desde septiembre de 1995, en plena crispación y fin del Gabinete González.
