Con la premura que da un análisis provisional y no sin cierto voluntarismo, la dirección del PP se apresuró ayer a desactivar todo posible rebrote del caso Gürtel, cuyo sumario se dio a conocer en su integridad tras meses de secreto. El principal argumento de la formación de Génova es que en las actuaciones reveladas «no hay nada nuevo», de modo que no se recoge «ni rastro de financiación ilegal» de la formación conservadora. Es más, la cúpula popular está convencida de que las presuntas novedades no son sino «viejas conversaciones e informes policiales que ya han sido filtrados» durante los meses pasados.
Además, se añade que el partido liderado por Mariano Rajoy ha actuado «con contundencia», lo que implica que, por el momento, no tomarán más medidas contra el senador y ex tesorero nacional Luis Bárcenas, que en julio del año pasado abandonó temporalmente tal cargo tras conocerse su imputación en la trama de corrupción liderada por Francisco Correa.
odiosa comparación. Ya con nombres y apellidos, la número dos del principal grupo de la oposición, María Dolores Cospedal, insistió en que están «cumpliendo con su obligación» y recomendó al PSOE que tenga «mucho cuidado» a la hora de dar «lecciones de ética» o «hablar de grandes tramas», puesto que no en vano la formación de José Luis Rodríguez Zapatero es la del caso Filesa y el caso Roldán.
La manchega, que prefirió no entrar en detalles sobre un sumario que dijo no haber tenido ocasión de leer en profundidad, respondió también a la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, quien el lunes aseguraba que el caso Gürtel es un «gravísimo caso de corrupción con una red desconocida hasta ahora en España» y le replicó -en referencia a la madre de la socialista- que «hay personas que dan muchas lecciones de cómo se debe comportar uno en un partido político y luego tienen familiares que ocupan ayuntamientos como el de Benidorm».
«Todavía no he oído a la señora Pajín dar ninguna explicación de por qué su madre, junto con otros ex concejales socialistas, está ocupando el Consistorio alicantino, o de qué pasa en el Ayuntamiento de Pinto», comentó la manchega antes de insistir en que el PP ha cesado en todos sus cargos orgánicos y ha suspendido de militancia a «todas las personas que tienen algún tipo de relación» con Gürtel, mientras que otras formaciones, ante casos semejantes, «no han hecho absolutamente nada».
Asimismo, la popular defendió que Bárcenas siga teniendo un despacho en la sede nacional del PP
-«no deja de ser una persona que ha trabajado durante muchísimo tiempo en el partido», argumentó-.
Diametralmente opuesta es la opinión del PSOE, que reiteró su petición para que Bárcenas dimita como senador. El portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, criticó, además, la «resistencia» de Rajoy a dar explicaciones sobre el caso Gürtel, una actitud que, en su opinión, se debe a que «sabe cosas que afectan gravemente al PP y que le tienen literalmente paralizado».
También el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao, consideró que a Rajoy se le han acabado «todas las excusas» para no tomar «medidas contundentes» ni asumir «sus propias responsabilidades». El republicano recalcó además que, «independientemente» de que el caso «sea una trama organizada de financiación ilegal del partido o un cesto con algunas manzanas podridas», se trata de un asunto que «contribuye al descrédito de la política y a la degradación de la vida pública».
