El pasado 6 de junio, el Consejo de la Red de Parques Nacionales aceptó la entrada en este selecto club de un nuevo miembro, cuyo nombre es ‘Cumbres de la Sierra de Guadarrama’. En la procelosa tramitación para lograr que este espacio natural consiga la máxima figura de protección, el informe favorable del Consejo de la Red de Parques Nacionales supone “el penúltimo paso” —según la expresión utilizada por quienes han seguido día a día las diligencias— para que las zonas más altas de la Sierra de Guadarrama sean declaradas, por fin, parque nacional.
El director general de Medio Natural de la Junta, José Ángel Arranz, considera que “ya no hay posibilidad de marcha atrás”, dando por hecho que la declaración del parque nacional es irreversible. ¿Y cuándo será una realidad?. Parece que la meta está muy cerca, si bien en este asunto ya nadie se atreve a poner fecha, pues todas las previsiones han fallado, por el retraso de las tramitaciones.
En principio, se pretende que el Consejo de Ministros dé el visto bueno al proyecto de ley en otoño. Luego pasará a las Cortes. Allí, en el primer trimestre del próximo año, se debatirá la ley.
Previsiblemente, en el trámite parlamentario el texto sufrirá “leves modificaciones”. Una de ellas afectará a Valsaín, dado que en el Consejo de la Red de Parques Nacionales, el propio ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, defendió la ampliación de la superficie inicialmente prevista del parque nacional, dando entrada en el mismo a un mayor número de hectáreas de los pinares segovianos.
Grosso modo, Segovia aportará al próximo parque nacional su zona de cumbres, desde Navafría a La Garganta de El Espinar, y una zona de menor altitud, la de los pinares de Valsaín. Con respecto al puerto de Navacerrada, desde la Junta se reconoce que su ubicación “ha condicionado el diseño del parque nacional”. Aunque tanto la comunidad autónoma de Madrid como la de Castilla y León han anunciado que respetarán la actividad que se está desarrollando allí, Arranz si advirtió que, a partir de ahora, no se permitirá que sus instalaciones “vayan más allá” del perímetro actual.
“Se ha intentado diseñar el parque nacional de tal forma que encajara en la ley de parques nacionales”, indica Arranz, para aclarar a renglón seguido que “las actividades que se lleven a cabo encajarán perfectamente con lo que permite un parque nacional”.
Desde la Junta se insiste en que, para el ciudadano, la declaración de parque nacional supondrá “una diferencia mínima” con respecto a la situación precedente, dado que la legislación en vigor del parque natural, del que forma parte la mayor parte de la Sierra de Guadarrama, ya establece restricciones “muy similares” a las de un parque nacional. No obstante, sí habrá dos nuevas limitaciones, para la caza y la pesca, si bien estas dos actividades apenas se desarrollan en las zonas de cumbres de la Sierra de Guadarrama.
En cualquier caso, la Junta entiende que esos pequeños “perjuicios” se suplirán con el revulsivo que supondrá, para las dos faldas de la Sierra de Guadarrama, la declaración del parque nacional, pues la experiencia de otros casos similares anima a pensar que supondrá un fuerte impulso para las actividades turísticas.
