El Papa pidió ayer que se erradiquen en África las prácticas arrogantes de hombres que degradan a las mujeres al tiempo que llamó a oponerse al aborto. “Estamos llamados a oponernos a las prácticas que fomentan la arrogancia de los hombres, que hieren o degradan a las mujeres, y ponen en peligro la vida de los inocentes aún no nacidos”, subrayó durante la misa multitudinaria que ha celebrado en la Universidad de Nairobi. “Estamos llamados a respetarnos y apoyarnos mutuamente, y a estar cerca de todos los que pasan necesidad”, agregó el Papa en su homilía.
Asimismo lanzó un llamamiento especial a los jóvenes de la nación a los que les pidió que “los grandes valores de la tradición africana, la sabiduría y la verdad de la Palabra de Dios, y el generoso idealismo de su juventud, los guíen en su esfuerzo por construir una sociedad que sea cada vez más justa, inclusiva y respetuosa de la dignidad humana”. Francisco también exhortó a rechazar todo prejuicio y discriminación. Durante la misa celebrada en su segundo día en Kenia, recordó que “las familias cristianas tienen esta misión especial, irradiar el amor de Dios y difundir las aguas vivificantes de su Espíritu. Esto tiene hoy una importancia especial, cuando vemos el avance de nuevos desiertos creados por la cultura del materialismo y de la indiferencia hacia los demás”, detalló.
Finalmente el Papa aseguró que la sociedad keniata “ha sido abundantemente bendecida con una sólida vida familiar, con un profundo respeto por la sabiduría de los ancianos y con un gran amor por los niños”. “La salud de cualquier sociedad depende de la salud de sus familias”, precisó. De este modo, afirmó que “nuestra fe en la Palabra de Dios nos llama a sostener a las familias en su misión en la sociedad, a recibir a los niños como una bendición para nuestro mundo, y a defender la dignidad de cada hombre y mujer, porque todos somos hermanos y hermanas en la única familia humana”, reflexionó.
En el discurso central de su viaje al continente africano, hizo un llamamiento a no resignarse ante “formas extremas y escandalosas de descarte y de exclusión social, como son las nuevas formas de esclavitud, el tráfico de personas, el trabajo forzado, la prostitución, el tráfico de órganos” y alertó del peligro que supone entender la “interdependencia” como un “sinónimo de imposición o sumisión de unos en función de los intereses de los otros, del más débil en función del más fuerte”. “Es necesario un diálogo sincero y abierto, con la cooperación responsable de todos: autoridades políticas, comunidad científica, empresas y sociedad civil. No faltan ejemplos positivos que nos demuestran cómo una verdadera colaboración entre la política, la ciencia y la economía es capaz de lograr importantes resultados”, exclamó ante la sede de la ONU en Nairobi.
Para el Papa, la Cumbre del Clima de París, es un “paso importante en el proceso de desarrollo de un nuevo sistema energético, que dependa al mínimo de los combustibles fósiles, busque la eficiencia energética y se estructure con el uso de energía con bajo o nulo contenido de carbono”. Por ello, dejó claro que espera que la COP21 lleve a concluir un “acuerdo global” y “transformador” basado en los principios de solidaridad, justicia, equidad y participación, y orientando a la consecución de la lucha contra la pobreza y el respeto a la dignidad.
