El Papa Francisco clamó “nunca más la guerra” y repudió a los que hacen negocios vendiendo armas en los conflictos bélicos, arrancando el gran aplauso de las más de 30.000 personas que han asistido a la misa multitudinaria celebrada en el Estadio Olímpico de Sarajevo, el mismo escenario que acogió en su día a Juan Pablo II.
Francisco hizo resonar en numerosas ocasiones la palabra “paz”, pero alertó de una “tercera guerra mundial combatida por partes” que se percibe “en el contexto de la comunicación global”.
El Pontífice argentino criticó a aquellos que fomentan “deliberadamente” este clima bélico, en particular los que buscan “la confrontación entre las distintas culturas y civilizaciones, y también cuantos especulan con las guerras para vender armas”.
Durante la homilía de la misa celebrada durante su viaje a Bosnia Herzegovina, el Papa reflexionó sobre el concepto de la Paz y la definió como “el sueño de Dios, el proyecto de Dios para la humanidad, para la historia, con toda la creación”.
Así, llamó a la construcción de la paz “con sus acciones cotidianas, con actitudes y gestos de servicio, de fraternidad, de diálogo, de misericordia”.
El Papa pidió en Bosnia Herzegovina que los procesos de paz emprendidos sean cada vez más “sólidos e irreversibles”, en un discurso ante las autoridades políticas del país durante la ceremonia de bienvenida en el Palacio Presidencial del país.
Así, pidió a todos los responsables políticos que todos los ciudadanos sean iguales ante la ley y ante su aplicación, “independientemente de su origen étnico, religioso y geográfico”, y dijo que “la paz y la concordia entre croatas, serbios y bosnios” y las iniciativas para la convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos, tienen una importancia “que va más allá de sus fronteras”.
Por otra parte, el Papa reivindicó la “memoria” como el camino para “hacer la paz” y clamó que “un pueblo que olvida su memoria no tiene futuro”, en un encuentro con religiosos que tuvo lugar en la Catedral de Sarajevo
Francisco escuchó con emoción tres testimonios de un sacerdote, un religioso y una víctima de la guerra y llamó a olvidar la historia no con razones vengativas.
Así, dijo que esos testimonios sirven “para hacer la paz” y “para amar como ellos han amado”. «En vuestra sangre, está la vocación y la sangre de estos tres mártires”.
