El Papa Benedicto XVI abandonará el Pontificado el próximo 28 de febrero. La prensa italiana recoge la noticia y añade que el Pontífice habría hecho el anuncio personalmente durante el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto.
«He llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecúan por más tiempo al ejercicio de mi Ministerio», ha anunciado ante el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto. «Con total libertad declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma y Sucesor de Pedro», ha añadido el Pontífice.
Tras el fallecimiento de Juan Pablo II, el cardenal alemán fue elegido como el 265º papa el 19 de abril de 2005, por los cardenales que votaron en el cónclave.
El Papa ha indicado al comenzar el consistorio que lo convocaba no solo por las tres causas de canonización, sino también para comunicar «una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia».
Cuarta renuncia en la historia. A partir de su renuncia, cuarta que se produce en la historia del Cristianismo, comenzará el periodo de sede vacante hasta la elección de un nuevo papa. El último Pontífice en renunciar fue Gregorio XII, el veneciano Angelo Correr, que dimitió en 1515, dos años antes de morir. Los otros casos de renuncia al pontificado han sido los de Benedicto IX, elegido en el 1032 y Celestino V, que renunció en 1294 al declararse carente de experiencia en el manejo de los asuntos de la Iglesia.
Benedicto XVI ya explicó durante una entrevista en 2010 que un Papa puede dimitir «en un momento de serenidad, no en el momento del peligro». En el mismo documento, ya señalaba que notaba cómo sus fuerzas iban disminuyendo y temía que el trabajo que conllevaba su misión «sea excesivo para un hombre de 83 años».
Finalmente, el Papa ha dado las gracias «de corazón» por todo «el amor y el trabajo» a quienes han llevado junto a él el peso de su ministerio, y también ha pedido «perdón» por todos sus «defectos».
«Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria», ha concluido.
