La primera victoria de Novak Djokovic sobre Rafael Nadal en una final de Grand Slam, el pasado domingo en la Catedral de Wimbledon, abre quizá una nueva era en el tenis, según reconoció el español cuando vio escapar su tercera corona del All England Tennis Club.
Mientras trata de convencer a sus seguidores de que «estas cosas pasan», Nadal sabe que no fue en la final, sino en enero, cuando el serbio empezó a hacer historia.
El tenista balcánico, convertido desde ayer a sus 24 años y 45 días, en ‘número uno’ del mundo, conquistó el pasado 30 de enero, ante Andy Murray, su segundo Abierto de Australia.
Aunque su reinado acaba de iniciarse, se veía inevitable desde principios de año.
En 2011 Djokovic no ha hecho más que sumar victorias y títulos, cinco de ellos ante Nadal. En los cinco primeros meses del año se hizo, además de Australia, con el torneo de Dubai, Indian Wells, Miami, Belgrado, Madrid y Roma hasta el tropiezo de Roland Garros en las semifinales.
Sin haber participado en ninguna competición en hierba antes del torneo de Wimbledon, Djokovic se presentó en Londres para volver a sumar victorias. Cuenta ahora con 50 en la temporada tras las siete en Wimbledon.
Todo ello lo ha ido elevando en el ranking hasta desbancar a Nadal, algo que el serbio tenía ya asegurado tras superar al francés Jo-Wilfried Tsonga en las semifinales de Wimbledon.
Éste termina con siete años de dominio de Federer y el de Manacor. Ningún otro tenista se había instalado en el podio mundial desde que el 2 de febrero de 2004 el suizo desplazó a Andy Roddick.
El tenista mallorquín, de 25 años, tendrá que convivir ahora con un Djokovic que aspira a mantenerse en lo más alto.
