El pasado 19 de agosto Grecia solicitó oficialmente a la Unión Europea y al Banco Central Europeo (BCE) el desembolso del segundo tramo de ayuda del plan de rescate, que pone en disposición del Gobierno heleno 6.500 millones de euros de los aproximadamente 110.000 pactados entre los países miembros, más la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) de 9.000 millones.
Europa felicitó a su socio por el esfuerzo presupuestario, especialmente a las clases más bajas que son las que sufren más intensamente la situación. Sin embargo, mantuvo una doble lectura respecto al problema griego, exigiendo ahorro total salvo en aquello donde podía hacer negocio: la venta de armas a Grecia.
Francia y Alemania, curiosamente los dos países más drásticos a la hora de exigir recortes y mayor control con la inmensa deuda, cerraron en marzo varios tratos millonarios para armar al país en bancarrota, líder europeo en compra de material de guerra.
Según publicaba el 24 de ese mes el periódico Kathimerini, el presidente de Grecia, Yorgos Papandreu, expresó a su homólogo turco «Nos sentimos presionados a llevar a cabo transacciones que no deseamos. Grecia no necesita armas nuevas».
Tras estas declaraciones, tanto Alemania como Francia dejaron claro que sus negocios armamentísticos eran independientes del Plan de Rescate, ya que durante la última década también habían vendido material bélico a Grecia. La mayor parte de los analistas dieron por supuesto que la insinuación de Papandreu se refería a que el cierre de esos tratados fue la condición indispensable para que franceses y alemanes apoyasen el Plan de Rescate económico.
El eurodiputado de los Verdes, Daniel Cohn Bendit afirmó que el país galo ha vendido a una Grecia en números rojos seis fragatas por 2.500 millones de euros, helicópteros por 400, entre 10 y 30 cazas de combate Rafale por 100 millones cada uno. Alemania, por su parte, proporcionó otros 6 submarinos por otros 1.000 millones más.
Cohn-Bendit recordó a la cámara que «Les prestamos dinero para que nos compren armas. Exigimos a Grecia un esfuerzo económico casi imposible de lograr y mientras pretendemos ganar dinero a costa de los griegos. A nosotros nos prestan al 1,5% o al 3% y nosotros le prestamos a Grecia al 3,5% o al 6%. ¡Estamos haciendo negocio!».
Según publica BBC el esfuerzo armamentístico del Gobierno de Papandreus en el periodo de austeridad entre submarinos germanos y fragatas galas superó los 6.000 millones de dólares. Siemon Wezeman, experto del programa de transferencias de armas del Instituto para la Paz Internacional expresó su inquietud en una entrevista en este medio «Es un poco sorprendente, los países europeos le dicen a Grecia que debe ahorrar mucho en los próximos años y después aparecen estos programas bastante sustanciosos».
La pasada primavera, los Verdes instaron al parlamento europeo a iniciar un proceso de desarme en la región, medida con la que Grecia se hubiese ahorrado el equivalente a todo el segundo tramo del Plan de Ayuda. Al terminar su proposición, su portavoz, Bendit, cerró su intervención con una sonora llamada de atención: «¡Más transparencia, si somos unos absolutos hipócritas!».
Por su parte, el Gobierno de Papandreus mantiene sus medidas de austeridad. «El programa fiscal está progresando bien y las reformas estructurales van más allá de lo previsto», señaló el ministro de finanzas George Papaconstantinou. Y es que, a pesar del duro comienzo de año, la generosidad internacional va camino de resucitar al país de los filósofos.
