El BM Nava consiguió sumar en su primer desplazamiento, en el que visitó al club guipuzcoano del Amenabar de Zarautz. Ante una cancha llena de 800 espectadores fue capaz de poner al equipo local contra las cuerdas, y a punto de hacerle caer.
Le costó adaptarse al Nava en los inicios del partido y flojeó en defensa, lo que le generó saldos negativos en el marcador de hasta cuatro goles. Desajustes en defensa y pocos aciertos en ataque, que para un rival veterano en Primera, y siempre en los primeros puestos, era dejar camino libre para sentenciar la portería de David. Además a los naveros se les atragantaba la defensa de 6-0, dura y de mucho contacto, que presentaban los guipuzcoanos.
El partido se ponía cuesta arriba y las sanciones le debilitaban en esta ofensiva donde el pivote Luisma Lorasque , asistido por Carlos e Ismael Villagrán, peleó con entrega y sus intervenciones mantenían en pie al resto de sus compañeros, al igual que frenaba una desventaja superior. En estos momentos difíciles el técnico navero , Alvaro Senovilla, pidió tiempo muerto y reordenó el juego del equipo con Alexis y Bruno a la cabeza, tras colocar a Carlos Villagrán de avanzado. El cambio funciona y la defensa local se resiente, aunque siguen manteniendo su ventaja de cuatro goles al final de los 30 minutos de juego.
El Nava empezó a creer en sus posibilidades y presionó ahora por todas las zonas con Luisma, Bruno, Alberto y Alexis, a la cabeza. La defensa local comienza a resquebrajarse y se le suman exclusiones, además el ataque local se encuentra con una defensa más ordenada y un guardameta, David, que neutraliza lanzamientos y goles cantados. A falta de diez minutos para el final el marcador se colocó en un empate de 24 goles y el Nava marcó un ritmo de dominio tan sólo cortado por las decisiones arbitrales con varias exclusiones. Aún así y a pesar de quedarse en estos críticos momentos con cuatro jugadores no se achicó y plantó cara con juego eficaz, sujetando a su rival cada embestida hasta lograr ese merecido empate de 27 goles.
