El mundo entero, y en especial Sudáfrica, sigue llorando por la muerte del luchador antiapartheid y héroe nacional Nelson Mandela, fallecido el pasado jueves a los 95 años tras una larga enfermedad. Recibirá un funeral de Estado el 15 de diciembre en la localidad de Qunu, en la provincia de Cabo Oriental, donde creció.
Así, miles de sudafricanos se congregaron ayer en distintos espacios públicos e iglesias para recordar al expresidente.
En Ciudad del Cabo, cientos de personas se reunieron en una gran plaza pública para brindarle un homenaje durante una misa de varios credos. Muchos dejaron flores en el lugar en el que Mandela dio su primer discurso tras pasar 27 años en prisión.
Sus restos mortales fueron trasladados de su casa en Houghton, en Johannesburgo, al hospital militar de Pretoria, ante un fuerte despliegue policial.
En todo el país las banderas ondean a media asta mientras la muerte del premio Nobel de la Paz ocupa todo el tiempo de las emisiones de radio y televisión, acompañadas por música de los años 80. Incluso, muchos sudafricanos fueron a trabajar llevando un crespón negro en señal de luto. «Las muestras de amor que experimentamos localmente y en el extranjero no tienen precendentes», afirmó el presidente Jacob Zuma al anunciar las disposiciones para su funeral y entierro.
Los actos en recuerdo del primer presidente negro de Sudáfrica, que comenzaron ayer, tendrán una jornada especial mañana, fecha que se ha decretado de luto nacional y reflexión. Dos días después, el martes, se celebrará en el estadio FNB de Johannesburgo una misa oficial en la que se espera la presencia de presidentes y jefes de Gobierno de todo el mundo. Entre los próximos miércoles y viernes su cuerpo será velado en Pretoria hasta el funeral de Estado y entierro el día 15 en Qunu.
«Guardaremos luto durante una semana y celebramos también toda su vida durante una semana», anunció Zuma.
Sin embargo, las muestras de duelo y llanto se unieron a las celebraciones por su vida: ante la casa de Mandela en el barrio de Houghton, en Johannesburgo, cientos de personas se congregaron en la noche del jueves de forma espontánea, cantando, bailando y encendiendo velas y llevando imágenes del exmandatario o la bandera sudafricana. Algunos liberaron palomas blancas y otros depositaron flores.
En la capital Pretoria, la gente se reunió delante de los Union Buildings, la sede oficial del Ejecutivo, donde Mandela ejerció la presidencia durante cinco años.
Los líderes del movimiento libertario y actual partido gubernamental Congreso Nacional Africano hablaron del líder como «la encarnación de la humildad, la igualdad, la justicia, la paz y la esperanza de millones de personas porque sigue viviendo en cada uno de ustedes y en sus casas».
