El ministro alemán de Sanidad, Philipp Rösler, asumirá en mayo la jefatura del Partido Liberal (FDP) en sucesión de Guido Westerwelle, titular de Exteriores y vicecanciller, en un intento de superar la crisis que atraviesa el socio minoritario en la coalición de Gobierno con Angela Merkel.
«Mi candidatura a la Presidencia del partido solo puede ser un comienzo para que el FDP vuelva a ganar credibilidad. No creo que para ello debamos reinventar nuestro programa, sino asumir con más decisión nuestra identidad liberal», indicó ayer Rösler, médico de 38 años.
En los ministerios no habrá cambios. Rösler seguirá al frente de la cartera de Sanidad y Westerwelle continuará como jefe de la diplomacia, pese a su renuncia por el fracaso electoral de hace 15 días. «Le hemos agradecido su trabajo de los últimos 10 años y le hemos pedido que siga al frente de Exteriores, a lo que él ha accedido en medio de aplausos. Con ello, este tema está liquidado», señaló el futuro líder de los liberales.
No obstante, en la jerarquía habrá un cambio, pues Rösler, según él mismo subrayó, asumirá el cargo de segundo en el Ejecutivo. «El jefe del partido es el vicecanciller que marcará la ruta a seguir por los ministros del FDP», afirmó.
La llegada de Rösler a la Presidencia del FDP deberá ser ratificada por el congreso del partido en mayo, cuando también habrá otros cambios en la cúpula, de modo que los vicepresidentes Cornelia Pieper y Andreas Pinkwart dejarán sus cargos.
