El microbús eléctrico que recorre el casco antiguo —línea 9— permanece inoperativo, en el taller de “Urbanos de Segovia”, tras sufrir hace un par de días su enésima avería. Tras detectar el fallo, un técnico de Transportes de Zaragoza, —matriz de la adjudicataria del servicio de transporte en la ciudad— se desplazó a Segovia para intentar reparar la avería.
En contacto con la empresa italiana fabricante del microbús, este técnico, con los mecánicos de Segovia, sustituyeron una de las piezas. El ‘ecobús’ volvió a circular, aunque a modo de ensayo, ofreciendo un resultado poco satisfactorio para los mecánicos.
“Cambiaron piezas, pero en la prueba que se realizó, el autobús no asciende por las calles con más pendiente de manera óptima (…) hasta que no funcione al 100%, seguirá reparándose en el taller”, dijo ayer la concejala de Tráfico y Transportes, María José de Andrés. “En la prueba, los mecánicos observaron algunas deficiencias cuando el autobús circulaba por la calle de San Juan, y no vamos a correr ningún riesgo”, añadió la concejala, que espera, no obstante, “que se hagan los ajustes necesarios” y el ecobús pueda volver a circular en los próximos días.
La edil admitió que el ‘ecobús’ supone un auténtico quebradero de cabeza para la empresa adjudicataria, la Concejalía y los usuarios de la línea 9, suspendida, ya con demasiada frecuencia, por culpa de las averías del microbús eléctrico. “El mecanismo de este autobús es muy complicado, el fabricante es italiano, las baterías las hay que pedir a Suiza….”, lamentó De Andrés.
Un fiasco
El principal problema del ecobús han sido sus frecuentes averías, básicamente localizadas en su batería, que le han obligado a estar inoperativo demasiado tiempo, fundamentalmente en los meses del invierno. De hecho la primera expedición que tuvo el microbús tuvo que anularse. Entonces, aquel 1 de octubre de 2007, el vehículo no llegó puntual a la cita por una «causa mecánica».
La última avería relevante del minibús eléctrico se produjo en junio de 2012 y tardó más de cuatro meses en repararse. El Ayuntamiento de Segovia compró en 2007 el vehículo, un modelo Gulliver, a la empresa italiana Tecnobús, tras desembolsar 238.000 euros. «Urbanos de Segovia» tiene en sus talleres un stock de repuestos de piezas del vehículo, donde no están las baterías, por su alto coste. Unas baterías nuevas del modelo Gulliver cuestan la friolera de 60.000 euros.