Las nuevas infraestructuras turísticas de Segovia se están emplazando en el medio rural. Así se desprende de las últimas estadísticas oficiales, según las cuales el número global de restaurantes y de hoteles ha ido en disminución. Sin embargo, han experimentado un incremento notable los negocios de turismo rural, tanto en número de locales como de plazas disponibles.
En este último epígrafe es donde más se ha notado el ‘tirón’ que supone este segmento económico, con un aumento del 25% en cinco años; frente a un techo que parece haber alcanzado el turismo urbano. La capital alcanzó su número máximo de establecimientos entre 2008 y 2009, en que se abrieron media docena de hoteles, lo que supuso una amplia oferta de camas. Coincidió con el inicio de la crisis económica que, sin embargo, se ha notado en menor medida en el medio rural.
Actualmente existen 50 hoteles en la capital y otros tantos en la provincia. Pero hay casi medio centenar de establecimientos de turismo rural repartidos por los pueblos segovianos, un 15 por ciento más que hace cinco años.
En cuanto a la capacidad de alojamiento, los hoteles suman 6.230 plazas, y los establecimientos de turismo rural ofrecen espacio para 4.100 huéspedes.
En lo que se refiere a restaurantes son 481 los que figuran en las estadísticas oficiales de la Junta, algo menos que los 495 que había en el año 2010. El número de plazas disponibles asciende a 55.127, frente a las 51.800 de hace cinco años. El personal ocupado en la provincia en los hoteles se aproxima a los 600 empleados.
Un informe elaborado el año pasado por los profesores universitarios Luis Carlos Martínez Fernández y Almudena Moreno Mínguez señalaba que todos los grupos de acción local (GAL) que operan en la provincia trabajan en la línea de afianzar por la vía del turismo rural la dinamización económica de sus territorios de acción; “sin embargo, las actuaciones más recientes tienden —más que a continuar fomentando la infraestructura de alojamientos— a la promoción de actividades complementarias (deportivas, educativas, culturales, paisajísticas, gastronómicas) y la mejora de la comercialización de los productos con la finalidad de atraer el mayor número posible de visitantes, con especial interés por los segmentos más cualificados (difusión y publicidad, campañas de imagen de ‘marca’, apuesta por la calidad y la singularidad)”.
En cuanto a las instituciones, las cifras apuntan el buen resultado que representan para las pernoctaciones la firma de convenios de grupos como las Ciudades Patrimonio con Paradores o con Renfe.
Por su parte, los establecimientos de turismo rural trabajan en líneas individuales. Para evitarlo, desde la Junta de Castilla y León se puso en marcha este año una Central de Reservas con el fin de homogeneizar el sector.
Mayoría madrileña
El 40,5% de los visitantes llegados a la provincia y que se alojan en sus establecimientos proceden de Madrid, ocupando el 38% del total de pernoctaciones, unas proporciones muy superiores a las de los residentes en las propias provincias de Castilla y León (10,4% para ambas variables) o de otras procedencias más alejadas. La evolución anual de estos desplazamientos realizados por turistas españoles posee un marcado carácter estacional, con máximos mensuales registrados en agosto y que se extienden a todo el verano, entre junio y
septiembre, alcanzando en frecuencia cifras elevadas en el mes de octubre. En Semana Santa se percibe también un pico de visitantes, pero el incremento es puntual y muy inferior a los registrados durante el verano.
