El Mallorca vuelve a ocupar un puesto en la Liga de Campeones tras vencer al Atlético de Madrid, que se dejó en la isla gran parte de sus opciones de llegar a los puestos europeos.
El bloque madrileño, que jugó desde el minuto 55 con 10 por la expulsión de Raúl García, fue superado de principio a fin por un rival en estado de gracia en su campo. Las ausencias de Simao Sabrosa y Agüero condicionaron los planes de Quique Sánchez Flores en el Ono Estadi, un campo absolutamente hostil para los visitantes esta temporada, donde solo ha ganado el Sevilla.
El Mallorca salió a lo suyo, sin reparar en la entidad de su adversario, alternando acciones de mucho mérito con otras más prescindibles que le han bastado para realizar una campaña histórica.
Valera ejerció de ‘cerebro’, escoltado por Mario Suárez, Aritz Aduriz, como siempre, intentó abrir huecos en los últimos metros, mientras que el uruguayo Gonzalo Castro desbordó por velocidad.
El Atlético opuso un trato aseado del balón, jugado siempre con criterio por Jurado, un viejo conocido de la afición ‘bermellona’, un centro del campo y una defensa con mucho oficio, y arriba, la velocidad de Reyes y de Forlán, que está algo reñido con el gol en las últimas jornadas.
No fue suficiente, porque el Mallorca jugó los mejores minutos de la temporada tras el gol de Víctor Casadesús (min. 10), con una galopada por la banda de derecha del brasileño Felipe Mattioni (min. 19) que remató Aduriz de manera magistral, obligando a De Gea a emplearse a fondo.
Los ‘colchoneros’ reaccionaron con el empate a cargo de Forlán (min. 23), pero los locales no cejaron en su empeño y Aduriz (min. 28) marcaba después de 10 jornadas para colocar el 2-1 en el marcador. Pero fue un espejismo.
Vibrante
El partido mantuvo un ritmo trepidante. Enrique Corrales sacó bajos los palos un cabezazo de Raúl García (min. 30) y el meta Dudú Aouate le arrebató el balón a Forlán en un ‘mano a mano’ min. 35) entre el uruguayo y el israelí tras una grave error de Rubén.
