Si la literatura es el espejo de la sociedad en que vivimos y tiene el efecto de despertar una conciencia respecto de las deficiencias del mundo que nos rodea, la Feria del Libro alberga en esta edición numerosos ejemplos de esta indignación, crítica o alerta ante algo que no anda o se mueve mal.
Así se puede observar en varias novelas rebeldes que recogen sucesos que marcaron un antes y un después en la historia de sus respectivos países.
Esta vez el fuego, de Michele Monina, nació en la manifestación de 1994 contra Silvio Berlusconi que organizaron los sindicatos para protestar «contra alguien que quería transformar el país en una empresa», explicó el propio autor. Así, el escritor italiano colgó la guitarra y empezó a narrar, porque la palabra le parecía más adecuada para fotografiar su tiempo.
Otra de las voces insurgentes que interpretan el malestar es la del francés Lionel Tran con Sida mental, un texto autobiográfico, duro y marginal, que narra la soledad de un joven en el mayo del 68.
Un paseo solitario, del inglés Gul Y. Davis, es otra propuesta que muestra la crudeza de las instituciones psiquiátricas a través de la vida de Wil, un adolescente internado en centros de acogida, hospitales y sanatorios que sufre abusos de su familia y de instituciones para enfermos mentales.
«Desde hace más o menos dos años han ido apareciendo multitud de títulos que muestran un movimiento de cansancio con la estructura tradicional y que dan voz a una gran parte de la sociedad», puntualizó Julián Rodríguez, director de la editorial Periférica.
«Se trata de una juventud que entiende que los políticos y la sociedad están de espaldas a su realidad, y sus trabajos muestran a una generación airada. Las manifestaciones en Italia, las declaraciones del ministro francés sobre el sida mental y todo el movimiento que surgió por las revueltas de Vallière en París fueron muy importantes para que surgieran estas voces», añadió.
Pero no hace falta salir de nuestras fronteras para ver estos temas en las novelas. Así, el último libro de la escritora madrileña Belén Gopegui, Acceso no autorizado, traza una fábula sobre el desencanto de los Gobiernos socialistas que han pasado por el poder a lo largo de la historia en España.
También el poeta madrileño Carlos Pardo, con Vida de Pablo, ha mostrado el malestar de una generación de jóvenes creadores, poetas, pinchadiscos… que trabajan en la periferia de la cultura.
